Día 106: Saúl es elegido rey de Israel
INTRODUCCIÓN
Hoy llegamos a lo que se llama la Monarquía Unida.
Un período en el que usaremos el color púrpura, que nos recuerda el color de la realeza.
Este es el sexto período bíblico.
Acabamos de terminar el evangelio de San Juan que nos ayuda a entender cómo Jesús ha estado siempre, es La Palabra encarnada que vino habitar entre nosotros y ha estado con nosotros desde siempre y por siempre; y que ahora se hizo hombre para morir y resucitar y darnos vida y que tengamos vida en abundancia con Él.
En este sexto período de la historia bíblica estaremos leyendo sobre la transición del reino de Israel de esa federación de tribus a lo que va a ser un reino unido —o lo que se quisiera que fuera un reino unido— y especialmente estaremos leyendo sobre la vida de tres reyes: Saúl, David y Salomón.
Este periodo está cubierto por los dos libros de Samuel y el primer libro de Reyes.
El primer libro de Samuel nos muestra la transición del período de los Jueces a los Reyes. Veremos cómo comienza a cambiar la situación de los Jueces a los Reyes, cómo hay corrupción en el sacerdocio. Ya vimos como el Arca de la Alianza fue capturada por los filisteos.
Los dos primeros reyes de Israel, Saúl y David los veremos en este libro y la historia de los inicios del reino, cómo comienza Israel pidiendo a Yahvé que le dé un rey, y Samuel se molesta. Esta es una petición que el pueblo hace. Quieren ser como todas las naciones y se les olvida que sólo Dios es el verdadero Rey de Israel. Ellos quieren tener un reino mundano y se empiezan a alejar del plan de Dios.
Veremos hoy cómo Saúl es elegido primer rey de Israel y cómo su corazón está dividido y no está totalmente dedicado al Señor. A veces tenemos que preguntarnos, si nuestro corazón está dividido o no.
Leeremos Primer Libro de Samuel, capítulos 9 y 10; Proverbios, capítulo 6, versículos 23 al 35. Este es el día 106.
PUNTOS CLAVE
Con este libro primero de Samuel, nos damos cuenta que Dios siempre ampara a su pueblo, que no los suelta de la mano, que lo lleva consigo. Hoy tenemos la gran elección de Saúl como rey y su ungimiento. Vamos a mirar qué la historia empieza a cambiar en cierta manera.
Estábamos repasando un poquito la historia de las doce tribus de Jacob desde el Génesis hasta ahora, y hoy una tribu, la de Benjamín —quien fue el hijo favorito de Jacob— la más pequeña, entrega al pueblo hoy al primer rey. Este es un muchacho que a los ojos de los hombres parece ser muy atractivo físicamente. Se veía como un rey pero en realidad tenía mucha apariencia, pero falta ver si iba a hacer lo que Dios quiere. A veces podemos vernos como actores, pero no podemos desarrollar los papeles que nos tocan.
Vamos a ver si su corazón era el de un rey. Hoy él es elegido rey más por su apariencia que por cualquier otra cosa. Tendremos que mirar qué va a pasar con el corazón de este hombre. Podemos destacar hoy que muchas veces nosotros confiamos en las apariencias de los hombres. Yahvé, aunque ha designado a este hombre, todo el pueblo parece estar contento y tendremos que pedirle a Dios que nos deje ver si este hombre tiene la capacidad de comunicar la voluntad de Dios, si va a tener el carácter que Dios pone en él y cuál es la manera de pensar de él. ¿Será diferente a la de Dios? ¿Será igual a la de Dios?
Con frecuencia tendríamos que preguntarnos, ¿cómo es que Dios en el Antiguo Testamento habla con las personas? Porque hoy le habló muy claro a Samuel y luego unge a Saúl. ¿Será que el Señor utilizó palabras comprensibles?¿Será que el Señor utiliza algunos signos? Porque vimos que hoy a Saúl se le dijeron algunas cosas que iban a pasar y así se dieron. Todas sucedieron al mismo día. Es así como él confirma que Yahvé está tocando su vida.
Vamos a seguir viendo de aquí en adelante como Dios va a dar la victoria sobre los filisteos. Samuel está listo para hacer la voluntad de Dios ungiendo a un nuevo hombre, a un nuevo rey. Pero tenemos que preguntarnos, ¿será que este rey está listo para escuchar la voz de Dios? Tal vez nosotros —que hemos sido ungidos también sacerdotes, profetas y reyes en nuestro bautismo— tendríamos que hacernos la misma pregunta: ¿Cómo yo, que soy sacerdote, profeta y rey, me estoy comunicando con Dios? ¿Cómo entiendo este llamado real para mi vida? ¿Cómo puedo entender que el Señor me ha escogido a mí, siervo, y me ha hecho profeta y que me ha hecho sacerdote para su pueblo, para su iglesia?
Tal vez hoy tengamos mucho que aprender de estos dos hombres, a saber ejercer nuestro propio llamado, nuestra propia función que se nos dio en el bautismo. En el bautismo en los EEUU y se llama al bautismo "la crismación”, “the christening”, que es también esa unción que se nos da. Permitámonos que la unción que hemos recibido, nos recuerde también este triple llamado profético, sacerdotal y real. Que podamos mantener nuestra identidad y mostrarle al mundo que en nosotros está la persona de Cristo, en quien todo se puede dar, en quien encontramos victoria para nuestras vidas.
En este primer período de la monarquía unida, vamos a ver que la petición del pueblo les da ese rey. Samuel hace lo que Dios le pide. Samuel tenía alta estima por la palabra del Señor y vamos a ver cómo está estima puede pasarse o puede perderse. Así como algunos hombres pueden escucharlo, otros hombres pueden ignorarlo.
Preparémonos para estas grandes historias que nos esperan a través del primer libro de Samuel y del segundo libro Samuel, del libro de Reyes y también el libro de Crónicas.
ORACIÓN FINAL DE Fr. SERGIO
“Señor que tal vez no nos fijemos tanto en los reyes de este mundo, sino que nos fijemos en que Tú eres el verdadero rey. El rey que ha dado toda la vida por nosotros. El rey que fue coronado con espinas y que entregó hasta su última gota de sangre por nuestra salvación. Así que Señor damos gracias porque tú eres un rey misericordioso y bueno. Que aunque en la cruz no parecías ese rey vencedor, te levantaste de la tumba y nos diste vida nueva.”
"Queridos hermanos, antes de terminar, les pido por favor que oren por mí para que sea fiel al ministerio que se me ha confiado, para que pueda vivir con fe en lo que leo, lo que comparto con ustedes, para que pueda enseñar lo que creo y para que pueda cumplir también lo que he enseñado. Y que la bendición de Dios que es Padre, Hijo y Espíritu Santo descienda sobre ustedes y los acompañe siempre. ¡Que Dios los bendiga!"
COMENTARIOS ADICIONALES
1S 9,1—10,16 "El Encuentro de Saúl con Samuel"
"Esta sección está dedicada a la figura de Saúl, que será el primer rey de Israel. Antes de que llegue al trono, el hagiógrafo deja bien claro que es el Señor quien promueve los acontecimientos, quien elige a Saúl y quien de modo espontáneo y gratuito lo coloca al frente de su pueblo.
El relato, compuesto quizá de tradiciones originalmente independientes, forma una unidad literaria en la que cada episodio tiene sentido en sí mismo y se engarza perfectamente con el siguiente. Saúl es el hilo conductor y sirve de apoyo para mostrar al Señor como verdadero protagonista. Se pueden distinguir siete escenas enmarcadas en otros tantos lugares:
1) Presentación de la familia de Saúl, de la tribu de Benjamín, asentada en el sur (9,1-2).
2) Saúl y el criado que, gracias a la anécdota de las asnas, llegan al norte, donde habitaba el «hombre de Dios» (9,3-10). Las circunstancias son tan casuales que están suponiendo la intervención divina.
3) Saúl y las jóvenes que en el camino de la fuente van a sacar agua (9,11-13). La escena evoca los episodios de Jacob (Gn 24,11ss.) y de Moisés (Ex 2,16ss.) cuando un encuentro casual cambió el rumbo de sus vidas.
4) Saúl y Samuel se encuentran por primera vez en la ciudad de Ramá (9,14-27). El sacrificio, el banquete sacrificial y el diálogo ponen de relieve el carácter religioso del suceso y la iniciativa del Señor al elevar a Saúl a la dignidad de jefe (naguid) del pueblo, aunque todavía no a la de rey (mélek).
5) La unción de Saúl en las afueras de la ciudad (9,27-10,1-9). Esta escena ocupa el centro del relato. Es un rito privado pero solemne en “el que Samuel le unge como rey y le besa con veneración.
6) El encuentro de Saúl y los profetas camino de Guibeá (10,10-12). Marca un contrapunto de la escena anterior pues desmitifica la figura de Saúl (cfr 19,24) que de forma ridícula quiso identificarse con los «profetas» que abusaban del éxtasis y del trance.
7) El diálogo de Saúl con su tío en Guibeá (10,13-16). Reafirma la vocación de Saúl como rey aunque todavía no deba darlo a conocer.”
(Comentario tomado de la Sagrada Biblia Universidad de Navarra, edición Latinoamericana, versión electrónica).