Día 52: El censo de Israel

INTRODUCCIÓN A La peregrinación por el desierto (CON P. DEMPSEY ROSALES)

INTRODUCCIÓN

Cambiamos de período. Llegamos al cuarto periodo y esto va corriendo. Va avanzando. No sé ustedes cómo se sientan, pero cada día me fascina más. Estoy muy complacido de poder hacer este podcast y de encontrar que esta historia de la salvación cada día toca más y más y más mi vida. Quiero agradecerles a todos ustedes, por los comentarios que hacen tanto en Facebook, así como en el podcast y también en YouTube. Los estamos leyendo tenemos ya muchas preguntas y próximamente tendremos un programa con el Padre Dempsey y responderemos a muchas de ellas.


Hoy iniciamos, como lo dije hace un momento atrás, el cuarto periodo que se llama “La Peregrinación por el Desierto.” Son dos programas, este que están oyendo en este momento y otro que está con el Padre Dempsey, que nos va a dar a todos la noción general de lo que veremos en este cuarto período.


El libro los Números comienza con un censo y nos va a describir cómo acamparon las tribus de Israel alrededor del Tabernáculo. Por eso, este libro que vamos a empezar a leer se llama el libro los Números, porque habla de dos censos que se realizan en Israel: uno cuando empiezan a caminar y otro antes de entrar a la Tierra Prometida. Y esto es porque El Señor tiene muchos planes con su pueblo y quiere ir analizando cómo va a hacer todas las cosas.


También veremos como Aarón viene a jugar un papel muy importante, porque se reitera como sacerdote y sus hijos también, cómo van a ayudar al pueblo en su encuentro con Dios y lo mismo los levitas. Hay muchas historias por contar: cómo se siguen celebrando la Pascua aquí en adelante, la presencia de Dios que sigue guiando al pueblo, los Israelitas que ya empiezan a caminar hacia la tierra prometida; eso lo veremos después del capítulo décimo. Hay lecciones que van a ser bastante duras. Hay cosas que parecen ser paralelas que se repitieran, pero no, son lecciones que a veces vemos. A veces cometemos los mismos errores que nuestros hermanos, que nuestros padres, y parece que se repitiera la historia, pero son cosas paralelas.


Así que seguimos avanzando, y estaremos en las llanuras de Moab, y ahí quedamos en la frontera en la Tierra Prometida. Vamos a ver muchas murmuraciones, muchas rebeliones. La gente a veces está en contra de Moisés, a veces está en contra de Dios. Y bueno la cosa a veces se pone color de hormiga. Cuarenta años caminando, hasta que por fin van a llegar a la Tierra Prometida, pero es el paso de toda una generación. Veremos también a Josué. Como Josué es tomado y preparado para esa entrada a la Tierra Prometida. Así que veamos cómo Israel empieza a caminar, va camino a la Tierra Prometida, como se envían personas espías a que analicen todo. Como cada una de las tribus de Israel empieza a tomar su misión también. Pero les voy a dañar las sorpresas, porque vienen muchas.


Hoy estamos leyendo Números capítulo 1: Deuteronomio capítulo 1 y el Salmo 84. Este es el día 52.


ORACIÓN INICIAL

Padre de amor y misericordia, Tú qué haces elocuente la lengua a los niños, educa también la mía e infunde en mis labios la gracia de Tu bendición, Padre, Hijo y Espíritu Santo.


Y a ti te invito para que pidas el Espíritu Santo, para que éste abra nuestras mentes y nuestro corazón y así nos podamos gozar de esta palabra de Dios en nuestras vidas el día de hoy.



PUNTOS CLAVES


  • Empezamos nuestra cuarta parte de este bello caminar en la historia de nuestra salvación. Estamos en lo que a través de la biblia de Great Adventure (Gran Aventura) se denomina “La Peregrinación por el Desierto.” Empezamos este libro de los Números, el cual nos va a relatar el viaje de los hijos de Israel desde el Monte Sinaí hasta el umbral de la Tierra Prometida. Es el continuar de lo que hemos venido leyendo en el Éxodo y lo veremos más o menos hasta el capítulo décimo, cuando ya se empieza a mover el pueblo.


  • Aquí vamos a ver cómo se contienen muchas leyes que tienen que ver con la organización de Israel. Vamos a ver cómo este pueblo santo de Dios necesita seguir ciertas normas, cierta organización. Las leyes van a enseñar cómo se debe vivir para seguir disfrutando siempre las bendiciones de Dios. Este pueblo que va marchando hacia la Tierra Prometida, tiene que seguir los consejos, las leyes y las ordenanzas de Dios. No sólo en su caminar, sino que tendrán que seguirlas incluso después de que entren en la Tierra Prometida.


  • Este libro que estamos iniciando el día de hoy tiene bastante aritmética. No sé qué tal eres tú para las matemáticas, a mí me encantan, pero aquí hay bastantes números de aquí en adelante por eso el nombre. Como lo dije, este lindo libro empieza y termina con lo que son los dos momentos especiales para el censo en el pueblo de Israel.


  • Escuchábamos cómo fueron censando las doce tribus y buscaban a todos los hombres que fueran mayores de 20 años para que se enlistan en las filas militares y pudieran dar la batalla. Así que este pueblo ya estaba listo para ir a la tierra prometida. Como lo veíamos en nuestro libro del Deuteronomio, cuando Moisés hace el primer discurso, da una orden Yahvé, Moisés la comunica, la gente tiene miedo, mandan a estos doce exploradores, traen noticias interesantes —que hay cosas buenas, que la gente es mucha, que tienen murallas, etcétera, etcétera— y entra algo muy importante a este momento y es la duda. Lo mismo que hablábamos desde el Génesis, que Eva dudó, que Adam dudó, dudaron y cada vez que nosotros dudamos de lo que Dios nos ha dicho caemos y caemos. Después el golpe es bastante fuerte. Nos vamos a dar cuenta, que por esto no solo esa generación, sino el mismo Moisés, ya no van a poder entrar a la Tierra Prometida.


  • Hoy vemos que ya el Señor empieza a escoger Josué, y que le dice a Moisés, “Oye, no sólo va a estar ahí contigo, sino tú lo tienes que preparar porque él va a ser el que lleve al pueblo.”

  • Tenemos que tomar en serio lo que el Señor nos dice. Tenemos que seguir sus ordenanzas, no tener miedo y saber que el Señor está ahí siempre con nosotros. Que si Él nos está guiando ¿quién va a estar en contra nuestra? Vamos a estar siempre seguros porque Dios no nos abandona, no nos falla. Así que hoy vamos a empezar a descubrir esto. La fidelidad de un pueblo que a veces decide no ser fiel, pero un Dios que sí es fiel, aunque su pueblo no quiera seguir los consejos y las ordenanzas que Él le da.


  • Este censo va a permitir que el pueblo se organice de manera precisa. Hemos escuchado nombres y números exactos. Ya cuando llegamos al capítulo 26 volveremos a escuchar la otra orden del censo ¿y qué se está buscando con esto? pues organizar al pueblo, tratando también de educarlo y, sobre todo, van a tratar de que los hombres sigan los designios de Dios.


  • Así que, pidámosle al Señor hoy, que nos guíe a nosotros, que nos ayude también a contarnos entre el número de sus elegidos, y que ayudemos a otros que entren a esas filas de los que se sienten amados y escogidos por Dios; que somos todos los hombres, porque Dios vino a salvar a toda la humanidad. Que cuando llegue la duda, podamos mirar a nuestro alrededor y encontrar a otros hombres y mujeres que nos ayudan a mantener la fe viva, a no dudar. Que podamos seguir las ordenanzas de Dios, con una voluntad férrea. Que no dejemos que nadie, ni nada, nos distraiga de cumplir lo que Dios ha pedido que tú y yo hagamos.


  • ¡Qué hermoso! Este momento en que vamos a ir por el desierto, porque tal vez tú y yo también hemos fallado y hemos entrado en el desierto. Tal vez estamos dando vueltas, pero el Señor nos va a mostrar el camino, nos va a poner líderes para que nos acompañen. Tal vez nos va a decir, “Mira tú puedes servirme en el templo o tal vez, tú tienes que servirme en el ejército, o tal vez, tú tienes que servirme en tu trabajo, en tu familia”, donde quiera que tú estés, es un buen lugar para servir, es un buen lugar para dar testimonio. Y cuando nosotros somos testimonios de todo lo que Dios ha hecho en nuestras vidas, ayudamos a que otros hombres y mujeres tengan fuerza y sigan adelante.


  • A veces, nuestra historia parece causarnos vergüenza, pero cuando contamos un poco de esa historia y como Dios nos rehízo, como nos tocó y nos sacó de eso que nos da vergüenza y nos hizo hombres y mujeres dignos de su amor una vez más, otros hombres y mujeres abren sus manos y dicen “Señor, cuéntanos a nosotros también entre tu pueblo, pues queremos experimentar este amor, esa misericordia que sólo viene de ti.”


  • Como decíamos en el bautismo a los padrinos y como ellos se comprometieron con nosotros, que tú y yo también seamos padrinos de mucha gente. ¿Para enseñarles que? La fe en Dios, ¿para enseñarles que? los mandamientos que Dios nos ha dado, y sobre todo, para que le enseñemos a todo el mundo el amor a Dios y al prójimo.


ORACIÓN FINAL

Antes de despedirme, quiero que por favor ustedes oren una vez más por mí. Para que siga siendo fiel al ministerio que se me ha confiado. Para que pueda vivir con fe lo que leo, lo que trato de compartir con ustedes, para que pueda enseñar siempre la verdad y para que también yo pueda cumplir lo que he enseñado. Y que la bendición de Dios todo poderoso que es Padre, Hijo y Espíritu Santo descienda sobre cada uno de ustedes y los acompañe siempre ¡Que Dios los bendiga!


PARA MEDITAR

  • Con el censo de los israelitas, se busca conocer con exactitud el número de varones mayores de 20 años aptos para la guerra. Esto nos enseña que debemos conocer nuestras propias fuerzas y debilidades. En oración, pídele al Señor que te muestre tus fortalezas y cómo puedes utilizarlas para el bien del Reino. Pídele también que te muestre las áreas donde estás más débil y ruega al Señor para que te dé las fuerzas para sobreponerte y salir victorioso en tu batalla personal.


CATECISMO DE LA IGLESIA CATÓLICA

Nm 1, 48-53

1539 El pueblo elegido fue constituido por Dios como "un reino de sacerdotes y una nación consagrada" (Ex 19,6; cf. Is 61,6). Pero dentro del pueblo de Israel, Dios escogió una de las doce tribus, la de Leví, para el servicio litúrgico (cf. Nm 1,48-53); Dios mismo es la parte de su herencia (cf. Jos 13,33). Un rito propio consagró los orígenes del sacerdocio de la Antigua Alianza (cf. Ex 29,1-30; Lv 8). En ella los sacerdotes fueron establecidos "para intervenir en favor de los hombres en lo que se refiere a Dios para ofrecer dones y sacrificios por los pecados" (Hb 5,1).


Dt 1-11

708 Esta pedagogía de Dios aparece especialmente en el don de la Ley (cf. Ex 19-20; Dt 1-11; 29-30), que fue dada como un "pedagogo" para conducir al Pueblo hacia Cristo (Ga 3, 24). Pero su impotencia para salvar al hombre privado de la "semejanza" divina y el conocimiento creciente que ella da del pecado (cf. Rm 3, 20) suscitan el deseo del Espíritu Santo. Los gemidos de los Salmos lo atestiguan.


Sal 84, 3

1770 La perfección moral consiste en que el hombre no sea movido al bien sólo por su voluntad, sino también por su apetito sensible según estas palabras del salmo: “Mi corazón y mi carne gritan de alegría hacia el Dios vivo” (Sal 84,3).


(Todas las citas están tomadas del Catecismo de la Iglesia Católica disponible en línea en el sitio web del Vaticano. https://www.vatican.va/archive/catechism_sp/index_sp.html)


COMENTARIOS ADICIONALES


Números - Introducción

“El nombre del libro, Números, proviene de la traducción griega del Pentateuco —hacia el siglo II a.C.— que lo titulaba arithmoí («números») atendiendo a los censos del pueblo que aparecen al comienzo. Entre los judíos recibe el nombre de Bemidbar («en el desierto»), ya que el primer versículo comienza con esta palabra que además alude al contenido peculiar de la obra: la estancia y peregrinación del pueblo de Israel por el desierto donde Dios se le manifestó.


El contenido del libro de los Números se caracteriza por su variedad temática y literaria. En él encontramos numerosos episodios de carácter narrativo, junto a textos legales de bastante amplitud y pequeñas piezas poéticas. Aunque se trata en gran parte de material nuevo respecto al resto de los libros del Pentateuco, abundan pasajes, tanto narrativos como legales, que vienen a ser repetición de lo que se encuentra en otros lugares. Así por ejemplo, las quejas del pueblo y el prodigio de las codornices narrados en el cap. 11 son prácticamente un paralelo de Ex 16; el texto de Nm 20,1-9 sobre el agua que brota de la roca reproduce Ex 17; etc.


Las distintas partes del libro de los Números corresponden a los escenarios del desierto en los que se va encontrando el pueblo de Israel.


[...] El libro de los Números muestra de una forma peculiar cuál es el modo de actuar de Dios con los hombres y, concretamente, con el pueblo que Él se había elegido: Israel. Esa peculiaridad consiste en que Dios aparece como el que guía a su pueblo a través del desierto, camino de la tierra prometida. El pueblo en Números no es ya una muchedumbre informe, como cuando salió de Egipto, sino una comunidad santa, que puede ser detalladamente censada, formada en virtud de la Alianza. El desierto es ahora un lugar de paso, lleno de dificultades, ante las que el pueblo experimenta la tentación del desánimo y de la rebeldía contra Dios que les ha llevado allí; pero también es el lugar en el que conoce el perdón y la misericordia de Dios. A pesar de la actitud rebelde del pueblo, Dios lleva a cabo sus designios de conducirlo hasta la tierra prometida. El pueblo en Números no es ya una muchedumbre informe, como cuando salió de Egipto, sino una comunidad santa, que puede ser detalladamente censada, formada en virtud de la Alianza. El desierto es ahora un lugar de paso, lleno de dificultades, ante las que el pueblo experimenta la tentación del desánimo y de la rebeldía contra Dios que les ha llevado allí; pero también es el lugar en el que conoce el perdón y la misericordia de Dios. A pesar de la actitud rebelde del pueblo, Dios lleva a cabo sus designios de conducirlo hasta la tierra prometida.”


(Tomado del comentario de la Sagrada Biblia Universidad de Navarra, versión Latinoamericana. Edición electrónica)


Deuteronomio - Introducción

“Deuteronomio es el título por el que es conocido comúnmente en la cristiandad el quinto libro del Pentateuco. El nombre procede de la traducción que la versión griega del Antiguo Testamento, llamada de los Setenta, hizo de Dt 17,18: en lugar de traducir «que haga escribir (el rey), para uso suyo, en un libro una copia de esta Ley», vertieron: «… esta segunda Ley» (= to deuteronómion toúto). No obstante, el título no resulta impropio, ya que el libro comprende, junto con recuerdos históricos, largos discursos, exhortaciones, etc., un segundo conjunto legislativo, que contiene, con diferencias más o menos grandes según los casos, un cuerpo de leyes semejante al contenido en el libro del Éxodo (y, a veces, en el Levítico). En el judaísmo, este libro es designado por sus primeros vocablos: ‘Elleh ha–debarim («Éstas son las Palabras»), o más sencillamente Debarim («Palabras»).

“El Deuteronomio narra los acontecimientos principales del final de los cuarenta años de vida errante de los israelitas, bajo la guía de Moisés: el pueblo está acampado en las tierras de Moab, en la región nororiental del Mar Muerto, a la vista de la tierra prometida que se extiende al lado occidental del Mar Muerto y del río Jordán. Moisés enseña al pueblo—a punto de emprender la conquista de la tierra que Dios les va a entregar—, en unos discursos de despedida o testamento, la conducta que deberán seguir siempre. Para ello, recapitula los principales sucesos ocurridos durante el éxodo y les insta a que observen la Ley fundamental de la Alianza o Decálogo (promulgado también en Ex 20,2-17); les dirige algunos discursos exhortativos, les propone algunas agrupaciones de leyes, y completa sus discursos de despedida con un largo cántico y algunas bendiciones. [...] La enseñanza teológica básica del Deuteronomio se podría resumir en las siguientes características: un Dios, un pueblo, un templo, una tierra, una ley.”

(Tomado del comentario de la Sagrada Biblia Universidad de Navarra, versión Latinoamericana. Edición electrónica)