Día 83: Emboscada contra Ay

Evento clave 32: Renovación de la Alianza (Josué 8 30-35)

Después de conquistar Jericó y Ay, Josué guía al pueblo al monte Ebal para renovar la alianza, como había prescrito Moisés (cf.Dt 27 1-26) Esta renovación de la alianza incluye tanto sacrificios como incisión en piedra de una copia de la Ley de Moisés (cf.Josué 8 32; Ex 34 29)

Evento clave 33: Campaña de conquista del sur (Josué 9-10)

Después de entrar en la parte central de la Tierra Prometida desde el este, Josué toma el control de la parte sur del país (cf.Jos 10 40), incluyendo el territorio que va de Cades Barnea a Gaza en la costa del Mediterraneo. El pueblo tiene éxito porque el Señor “peleaba en favor de Israel” (Jos 10 42)

INTRODUCCIÓN

Estamos leyendo estos capítulos muy interesantes del 5 al 7 y hay algo que siempre me ha llamado la atención y es la caída de Jericó. Es algo que se le pide a ellos, que deben conquistar esta ciudad pero es de una manera muy diferente a como se han hecho las demás conquistas. Deben caminar alrededor de la ciudad durante siete días y hacer una procesión —como dije la vez pasada— con un aspecto litúrgico y se llama así porque son guiados por los sacerdotes que llevan el Arca de la Alianza. Todo es un ritual con el Arca de la Alianza donde se encuentran las Tablas de la Ley. Y es algo poco común cuando los sacerdotes tocan sus trompetas y el pueblo grita en el séptimo día y los muros de la ciudad se desploman. Algo muy muy único que vamos a ver en este libro y por eso quería resaltar lo que leímos el día de ayer. Pero me llamó siempre la atención, porque el pueblo no puede pensar que es él el que está haciendo el trabajo. Con esto queda claro que el trabajo es de Yahvé. Es el que está haciendo todo lo posible para que el pueblo pueda llegar a esa Tierra Prometida y algo que me encanta siempre es como Yahvé le está diciendo a Josué que se levante, que sea fuerte, que no tenga miedo.

Vamos a ver cómo hay gente que aunque se les dice que hagan las cosas, quieren ser un poco más inteligentes que todos los demás y terminan haciendo un gran daño. Vimos el descubrimiento de aquel que se había quedado con algo y termina siendo apedreado y de esta manera empezamos a ver que la fidelidad a Dios tiene que ser de corazón y no sólo de palabra. Que lo que decimos con nuestros labios que vamos a hacer, tenemos que hacerlo con nuestras acciones y tenemos que hacerlo de corazón.

Hoy entraremos en una nueva conquista, nuevas maniobras de batalla ¿Qué es lo más interesante que veremos hoy? Que se va a renovar la alianza y, después de haber conquistado Jericó y de haber conquistado Ay, Josué tiene que llevar al pueblo a un monte especial para que se renueve la alianza y ¿esto por qué? Porque así lo había ordenado Moisés. Esta renovación de la alianza va a incluir un montón de sacrificios diferentes porque también se va a tener una copia de la ley de Moisés que se pondrá en una piedra.

Después de entrar en esta tierra prometida veremos cómo Josué va tomando el control de la parte sur del país, cómo va incluyendo otros territorios y, definitivamente, el pueblo tiene éxito porque el que está peleando es Yahvé, que pelea en favor de su pueblo.

Continuemos con la lectura del día de hoy. Estamos en la parte de Josué, capítulos 8 y 9; tendremos el Salmo 126. Así que este es el día 83 ¡Empecemos!

ORACIÓN INICIAL

Padre de amor y misericordia, Tú que haces elocuente la lengua de los niños, educa también la mía e infunde en mis labios la gracias de tu bendición, Padre, Hijo y Espíritu Santo. Y a ti te invito para que pidas al Espíritu Santo que abra nuestra mente y nuestro corazón para que podamos gozar de la palabra de Dios en nuestras vidas hoy.

PUNTOS CLAVES

  • Seguimos con estos textos que cada vez nos impresionan más. Cómo Dios va actuando y cómo las personas también van actuando de una manera increíble. Cada uno siempre busca lo que más le conviene.

  • Hoy nos hemos dado cuenta de un engaño que se da en medio del pueblo. Nos vamos acercando a este estudio que nos muestra que, aunque nosotros a veces pensemos estar muy atentos y muy capaces, hay gente que es mucho más sagaz que nosotros.

  • Hoy Josué se da cuenta que le ganaron una batalla sin haber peleado y, tal vez, a veces nos hace falta hablar con Dios y preguntarle que si las cosas que están enfrente de nosotros son verdad, que si las cosas que están en frente de nosotros son lo correcto, porque podremos ser engañados. Israel está sufriendo una pequeña derrota de Ay y, hoy, se le a la victoria. Dios lo estaba preparando para concederle esta victoria y no quedó nadie vivo. Es algo interesante.

  • Observamos cómo fue Dios quien dió la victoria y cómo va dirigiendo los ejércitos, como se reúnen los soldados, cómo atacan, cómo hacen una estrategia. Lo mismo había pasado en Jericó. Ellos no debían tomar para ellos la victoria porque se la dio Yahvé y Yahvé les había indicado que no tomaran nada del botín igual que lo hace en este lugar. Les dice: "No tomen sino esto o aquello, pero no hagan más".

  • Vamos a seguir mirando como las estrategias de Dios siempre nos ayudan a salir en victoria. Cómo todo cae fácilmente cuando lo ponemos en manos de Dios. Pero para eso tenemos que dar un reconocimiento a quién es nuestro enemigo y debemos darnos cuenta de que a veces nuestro enemigo es mucho más grande que nuestra propia naturaleza. Debemos decir: "Señor, tal vez nosotros no podemos vencer pero Tú sí puedes vencer". Examinemos cuáles son las razones de nuestras derrotas. Tal vez porque a veces dependemos mucho de nuestras propias capacidades, de nuestras propias fuerzas y se nos olvida confiar en Yahvé.

  • Hoy vemos qué con la victoria que se da, la gente empieza a tener miedo del pueblo. Pero más que tener miedo del pueblo, saben que Yahvé es un Dios fiel. Que es un Dios que oye y que está atento a la necesidad de su pueblo y que no lo va a dejar.

  • Pidámosle hoy al Señor que nos ayude también a nosotros a tener victoria, porque a veces queremos confiar mucho de nuestras capacidades humanas y resulta que, cuando ponemos nuestra confianza en esas fuerzas, caemos facilito. Hoy los gabaonitas le hicieron una jugada a Josué, quien decide creerles, pero se le olvidó a Josué que debía hablar con Dios y preguntarle "¿Qué es lo que tengo que hacer frente a esta situación, Señor? ¿Cuál es la decisión que debería tomar?" Él tomó una decisión y —cuando abrió los ojos— había sido engañado. Estos hombres fueron muy astutos. Se camuflaron, se hicieron pasar por quienes no eran, venían vestidos con cueros viejos, con vasijas para el vino rotas y acabadas, zapatos viejos. Josué cae en la trampa. Ya Yahvé había dicho: "Destrúyanlo todo, no se dejen apabullar, acaben con todo". Pero parece que, por dejar algo, ahora son engañados.

  • El mundo, como lo dije al principio, puede ser vencido con la fe, como lo vencieron con la liturgia cuando estaban en Jericó. Y hoy aprendimos que con la ciudad de Ay, representamos la naturaleza humana que también puede ser vencida cuando reconocemos nuestras debilidades y confesamos nuestro pecado a Dios y cuando dejamos que sea Él el que actúe, que sea el Espíritu Santo el que vaya a guiarnos para obtener esta victoria.

  • No olvidemos que Dios nos ha prometido victoria si confiamos en Él, si nos dejamos llevar por su Espíritu Santo. Digámosle: "Señor, tal vez las condiciones de hoy son contrarias a mí, o tal vez arbitrarias, pero Tú cada día nos demuestras más sabiduría, muestras que nos conoces perfectamente. Ayúdanos a tomar en serio Tu Palabra. Que te tengamos siempre en cuenta para cualquier decisión y que siempre seas Tú el que ocupe el primer lugar de nuestras vidas. Con nuestra debilidad y nuestra fragilidad no podremos salir vencedores. Pero, con Tu fortaleza y Tu fidelidad, siempre habrá victoria".

  • No tengas miedo y enfréntate hoy a la vida diciendo a Dios que te regale el Espíritu Santo para que puedas salir en victoria.


ORACIÓN FINAL

Y antes de despedirme, como siempre, oremos los unos por los otros. Ustedes oran por mí y yo por ustedes para que seamos fieles a esta palabra que hemos leído y que hemos estudiado. Pidan, por favor, para que yo pueda enseñar la verdad, para que pueda cumplir lo que ha enseñado y que la bendición de Dios Todopoderoso, que es Padre, Hijo y Espíritu Santo descienda sobre ustedes y los acompaña siempre ¡Que Dios los bendiga!

PARA MEDITAR

  • Utiliza la oración de Fray Sergio para pedirle a Dios sabiduría para actuar, para buscar siempre Su voluntad antes que la tuya.

COMENTARIOS ADICIONALES

Papa Francisco. Misas matutinas en la capilla de la Domus Sanctae Marthae. Martes 24 de enero de 2017.

Uno detrás de otro

"Anillos de una larga cadena de «heme aquí» que empieza con Abraham y llega hasta hoy, pasando por el decisivo de Jesús al Padre: esto, según el Papa Francisco, son los cristianos, llamados cada día «a hacer la voluntad del Señor» entrando en el proyecto providencial de la historia de la salvación. Una realidad profundizada gracias a la meditación sobre las lecturas de la misa celebrada en Santa Marta el martes 24 de enero. La liturgia, en continuación con la del día precedente, empujó al Pontífice a reflexionar «sobre el sacerdocio de Jesús, el sacerdocio definitivo, único». Punto de partida, una vez más, fue la primera lectura extraída de la carta a los Hebreos (10, 1-10) en la cual se afrontó el tema del sacrificio.

«Los sacerdotes —explicó Francisco— en aquellos tiempos, ofrecían sacrificios pero debían ofrecerles continuamente, año tras año, porque no eran definitivos, no eran de una vez para siempre». El cambio decisivo se produjo con «el sacerdocio de Jesús, que hace un único sacrificio de una vez para siempre». Una diferencia sustancial: «en esos sacrificios se renueva de año en año el recuerdo de los pecados, se pide perdón de año en año»; Sin embargo Cristo dice: «Tú no quisiste ni sacrificio ni oblación; pero me has formado un cuerpo. Entonces dije: “¡He aquí que vengo, para hacer, oh Dios, tu voluntad!”».

Fue esto precisamente, sugirió el Papa, «el primer paso», de Jesús en el mundo: «yo vengo a hacer tu voluntad». Y la voluntad del Padre era que «con este sacrificio se aboliesen todos los sacrificios y este fuese el único». Por eso se lee en la Escritura: «Tú no quisiste, no te agradaron ni sacrificios ni oblaciones, ni holocaustos ni sacrificios por el pecado. He aquí que vengo a hacer tu voluntad».

Precisamente esta palabra de Jesús, dijo el Pontífice, cierra una historia «de “heme aquí” encadenados – la historia de la salvación es esto: una historia de “heme aquí” encadenados». Todo empezó con Adán, que «se escondió porque tenía miedo del Señor»: desde entonces el Señor comenzó «a llamar y a oír la respuesta de aquellos hombres y mujeres que dicen: “heme aquí. Estoy dispuesto. Estoy dispuesta”». Hasta llegar «al último “heme aquí”, el de Jesús: “para hacer tu voluntad”». El Papa recorrió brevemente esta historia, evocando a Abraham, Moisés, los profetas Isaías y Jeremías. Y aún más: el pequeño Samuel, que oye la voz del Señor y responde: «heme aquí, Señor». Hasta llegar «al último “heme aquí”, grande, de María: “hágase la voluntad de Dios. Yo soy la sierva. Heme aquí”».

Se trata de «una historia de “heme aquí”», pero, subrayó Francisco, de “heme aquí” «no automáticos». En cada una de las narraciones bíblicas evocadas se nota efectivamente que «el Señor dialoga con aquellos que invita». Abraham también «ha negociado» con Él para «no destruir esas – dos ciudades». De la misma manera Isaías que objetaba: «Pero, son pecadores, no puedo...», o Jeremías: «Pero soy un niño, no sé hablar...» y el Señor le tranquiliza: «¡Yo te haré hablar!» Para Elías que se lamentaba: «Yo tengo miedo, quiero morir, no, no, tengo miedo, no quiero», la respuesta fue: «¡Levántate: come, bebe y sigue adelante!».

«El Señor —dijo el Papa recogiendo en una única consideración todas estas citaciones— dialoga siempre con los que invita a hacer este camino y a decir el “heme aquí”. Tiene mucha paciencia, mucha paciencia». Y añadió un ulterior ejemplo recordando «los razonamientos de Jonás, que no entiende», y las respuestas del Señor que «lo corrige» hasta que llega su “heme aquí”: «Señor, tú tienes razón: yo solamente te conocía por lo que había escuchado decir; ahora mis ojos te han visto». Y es aquí que el Pontífice incluyó una enseñanza válida para cada hombre: «La vida cristiana es esto: un “heme aquí”, un “heme aquí” continuo». «Uno detrás del otro» se encuentran en la Biblia todos los «heme aquí» pronunciados. Y «es bonito», dijo el Papa, «leer la Escritura» yendo precisamente a buscar «las respuestas de las personas al Señor», todas las veces que alguno ha dicho: «Aquí estoy, yo estoy para hacer tu voluntad». Bello y fascinante, porque, explicó Francisco, «esta liturgia de la Palabra de hoy nos invita a reflexionar: “¿Pero cómo va mi “heme aquí” al Señor? Y el “heme aquí” de mi vida, ¿cómo va?». Precisamente repasando las Escrituras nos damos cuenta de que la respuesta no está descontada para nada: «¿Voy a esconderme, como Adán, para no responder? ¿O cuándo el Señor me llama, en vez de decir “heme aquí” o “¿qué quieres de mí?, huyo, como Jonás que no quería hacer eso que el Señor le pedía?». O incluso: «finjo hacer la voluntad del Señor, pero solamente externamente, como los doctores de la ley que Jesús condena duramente» porque «fingían» y decían: «Todo bien..., nada de preguntas: ¿yo hago esto y nada más?». Entre las respuestas posibles podría estar también la de quien mira «a otro lado como hicieron el levita y el sacerdote delante de ese pobre hombre herido, pegado por los asaltantes, dejado medio muerto».

Y entonces, ya que el Señor nos llama «a cada uno de nosotros» y «todos los días», hay que preguntarse: «¿Cómo es mi respuesta al Señor?». Es la respuesta del “heme aquí”, insistió el Pontífice, «¿o me escondo? ¿o huyo? ¿o finjo? ¿o miro a otro lado?».

Alguno podría también tener una duda: «¿Se puede discutir con el Señor?». «Sí —respondió Francisco— a Él le gusta. A Él le gusta discutir con nosotros». Por eso, contó, cuando «alguno me dice: “Pero, padre, yo muchas veces cuando voy a rezar me enfado con el Señor...”», la respuesta es: «¡También esto es oración! ¡A Él le gusta, cuando tú te enfadas y le dices a la cara lo que sientes, porque es Padre! Pero esto es también un “heme aquí”»."

(Fuente: L’Osservatore Romano, ed. sem. en lengua española, n. 4, viernes 27 de enero de 2017. Tomado del sitio web del Vaticano. Accesado el 24 de marzo de 2022. https://www.vatican.va/content/francesco/es/cotidie/2017/documents/papa-francesco-cotidie_20170124_uno-detras-otro.html)