Día 108: Jonatán vence a los filisteos
INTRODUCCIÓN
Seguimos con esta historia de la monarquía unida. El pueblo le ha dado la espalda a Yahvé. Tenemos un rey que fue electo, que fue confirmado. Y el reino de Saúl es inaugurado con una ceremonia de renovación del pacto.
Dios elige a Saúl como el primer rey. ¿Cometió Dios algún error al guiar a Samuel a ungir a este joven Saúl como rey? o ¿podríamos preguntarnos, si la elección de Saúl era una lección para que los israelitas aprendieran que no deben ser seducidos por las apariencias externas y estas pueden a veces venir vacías por dentro? Al pedir un rey los israelitas mostraron su falta de fe en Dios y así de esta manera Dios les está demostrando que al final de cuentas, la falta de fe en Dios es garantía de fallar muchas veces en nuestra vida.
Saúl, como rey, quiere darles seguridad frente a lo que son los ataques de sus enemigos, de los filisteos, de otros vecinos. Pero el que se creía muy fuerte y que podía defender al pueblo, siente miedo frente a un gran enemigo y mostró que como rey, tal vez podría hacerlo, pero no defender al pueblo, porque el pueblo es la heredad de Yahvé y con Yahvé nada le falta a este pueblo de Israel.
Hoy estaremos leyendo lo que es el reinado de Saúl y cómo fracasa.
Estaremos leyendo 1 Samuel, capítulos 13 y 14. El Salmo 58. Este es el día 108.
PUNTOS CLAVE
¿Podemos evaluar al Dios que ama tanto a su pueblo, diferente de cómo podemos evaluar al primer rey de Israel? Dios y el rey deberían trabajar juntos, pero muchas veces tú y yo también deberíamos trabajar juntos con el Señor, pero empezamos a apartarnos de sus caminos. Nos damos cuenta de que no siempre hacemos las cosas como Dios las quiere. A veces, por hacer las cosas como queremos, fracasamos. Sin embargo, el Señor quiere seguir estableciendo su reino.
Ayer leíamos cómo Samuel estaba en contra del pueblo por ser este un pueblo ingrato y los asustó con los truenos y con las lluvias que iban dañando los trigales, pero también los consoló al contarles de la misericordia de Dios.
Vamos descubriendo que la autoridad de Saúl se ha transferido y que hoy Saúl sigue dando la lucha, sigue tratando de obedecer y ayudando a que el pueblo obedezca. Pero, no están totalmente en la voluntad de Dios porque el pueblo comienza a ver, a reconocer que ha estado equivocado. Dios tiene que seguir invitándolos a una conversión.
Saúl se da cuenta de que su hijo Jonatán también ha cometido un error y es el pueblo hoy quien lo salva. ¿Por qué? Porque Jonatan ha dado la victoria al pueblo.
Samuel siempre habla claro y sabe decirle al pueblo si le está sirviendo a Dios y si no le está sirviendo a Dios, si Dios los va a bendecir o no los va a bendecir, si va a venir el juicio sobre ellos o si va a venir la victoria sobre ellos. También nosotros deberíamos hablar un poquito más con él Señor y decirle: “Señor, muéstranos qué es lo que tú quieres que hagamos".
Hoy vimos que hay una rebelión contra Saúl y contra Dios, y cómo el hijo de Saúl, Jonatan, fue quien ganó la victoria. Pero Saúl hizo tocar las trompetas y se atribuye la victoria a sí mismo. Pero, el pueblo estaba mirando. A veces nosotros pensamos que nadie nos está mirando, pero sí hay otras personas que nos están mirando y el más importante es Dios que está mirando cada una de nuestras acciones.
Más allá de las apariencias, de todo lo que podamos presentar a nuestros semejantes, frente a Dios nuestra alma está siempre desnuda.
Digámosle al Señor: “Tú nos conoces, tú nos examinas, tú sabes lo que hay en nuestro corazón. Así que, ayúdanos y por medio de tu hijo Jesús, que es la luz, alumbra a toda persona que viene a este mundo. Muéstrale el camino, muéstranos cómo llegar a la vida eterna, cómo conseguir la salvación".
No nos dejemos engañar por las apariencias o por las motivaciones de poder, porque nos pueden alejar de ese Dios que es amoroso, que es misericordioso.
Pidamos los unos por los otros para que el Señor nos siga acompañando en este caminar, porque esta historia que estamos leyendo no es solo la historia de Saúl, de Samuel o de Jonathan, sino que es tu historia y la mía, cómo encajamos nosotros en esta historia y cómo esta historia nos habla de nuestros propios días, de cómo tú y yo debemos acercarnos al Señor, cómo tenemos que serle fieles a este Dios que es amoroso y misericordioso y al que a veces quisiéramos oír, al que a veces también quisiéramos ignorar, porque parece que nuestra voluntad es más fuerte que la voluntad de Dios.
ORACIÓN FINAL de Fr. SERGIO
"Y antes de despedirme, por favor oren por mí, para que sea fiel a este ministerio que se me ha confiado, para que pueda seguir viviendo con fe esto que leo y que comparto con ustedes, para que pueda enseñar la verdad y para que pueda cumplir todo lo que he enseñado. Y que la bendición de Dios Todopoderoso, que es Padre, Hijo y Espíritu Santo, descienda sobre ustedes y los acompañe siempre. ¡Que Dios los bendiga!"
COMENTARIOS ADICIONALES
1S 13–16
"Estos capítulos presentan el declinar del primer rey y la aparición del segundo. Saúl perdió el protagonismo de las luchas con los filisteos, que fue a parar a manos de su hijo Jonatán. Y, en cuanto al comportamiento religioso que lo llevó a ser abandonado por Dios, se le imputó la falta de haber ofrecido el sacrificio en ausencia de Samuel (1 Sam 13), sobrepasar sus atribuciones obligando al ayuno y promoviendo la erección de altares (1 Sam 14), y de no entregar al anatema las vidas y bienes de una ciudad (1 Sam 15). David, en cambio, fue distinguido por la mirada de Dios y contó con su compañía (1 Sam 16).”
(Comentario tomado de la Sagrada Biblia de la Conferencia Episcopal Española. Edición electrónica)