Día 90: Barac y Débora

INTRODUCCIÓN

Estamos leyendo el libro de los Jueces, el libro de Rut y los Salmos. Pero quisiera hoy iniciar un poquito con el libro de Rut porque leíamos el capítulo primero el día de ayer y este libro —me parece a mí— que es una bella historia. Nos va mostrando que Dios comienza a traer la salvación a su pueblo y de esta mujer va a nacer un rey que tiene el corazón conforme al corazón de Dios. Por esta razón este libro de Rut que parece insignificante nos trae una gran enseñanza.

Esta mujer que es extranjera ocupa un lugar importante en la historia israelita debido a que ella es la antecesora del rey David y, por ende, va con la línea de la familia de nuestro Señor Jesucristo. Yo creo que es importante que nos diéramos cuenta de que en este libro está un poquito la figura del redentor —que también estamos viendo con todos los jueces—. Pero este libro nos va a mostrar parientes muy cercanos de Jesús, personas que tienen grandes capacidades para redimir, para sacar adelante el pueblo.

Veíamos ayer esto de Noemí con sus dos nueras, y como ellas, cada una, toma una decisión; una de irse, otra de quedarse. A veces nosotros tomamos estas decisiones también en nuestra vida, ¿no? A veces quisiéramos tener una figura maravillosa para saber qué es lo que debemos hacer, pero a veces tomamos decisiones que son buenas, a veces no tan buenas. Y este libro es reconocido también como una joya literaria por todas las cosas interesantes que tiene. Pero lo importante es la hermosura y la manera excelente como Rut no puede pasar inadvertida. No podemos ser indiferentes ante ella, pues este es un amor de una mujer que se hace sierva y nos revela lo que es el amor puro y apasionado, cuando uno puede entregar su corazón a una verdadera causa, a una persona, a un lugar.

Nos daremos cuenta de que en este libro hay grandes triunfos sobre raza y religión. Cuenta más la historia de corazones que son unidos a través del amor, lo que Dios nos pide, "que nos amemos como Él nos ama". El amor humano es también evidencia de que el amor de Dios está presente. Aunque en este libro no nos hablan de la palabra amor muy seguido (se usa solo una vez, creo), nos daremos cuenta de que no podemos pasar inadvertidos y saber de esta gran historia de lo que es el amor de Dios por nosotros y que tal vez lo necesitamos más que nunca en nuestra actualidad.

Así que, dediquémonos hoy a la lectura. Estaremos leyendo Jueces, capítulos 4 y 5, el segundo capítulo de Rut y el Salmo 134. Este es el día 90. Empecemos.

ORACIÓN INICIAL

Padre de amor y misericordia, Tú que haces elocuente la lengua de los niños, educa también la mía e infunde en mis labios la gracia de Tu bendición, Padre, Hijo y Espíritu Santo. Y a ti te invito para que pidas al Espíritu Santo que abra nuestra mente y nuestro corazón para que podamos gozarnos de esta palabra de Dios que hemos compartido el día de hoy.


PUNTOS CLAVES

  • Es impresionante como Dios nos va sorprendiendo con todos los regalos que nos da a través de estas lecturas. No sé si ustedes sienten el gozo de leer estas historias que no son otra cosa que amor, y amor infinito de Dios hacia cada uno de nosotros, que nos va mostrando su maravilloso cariño hacia los seres humanos que, aunque débiles y equivocados que estén, Dios no los abandona, los sigue tomando de la mano y los sigue atrayendo. Es un Dios que libera a Israel de la servidumbre, que va llamando un nuevo jueces, que va llamando nuevas personas y, aunque el pueblo había realizado estos matrimonios mixtos con Cananeos, con Heteos, con Amorreos —con toda esta gente— y habían actuado mal y se han olvidado de Yahvé, Yahvé no los deja solos. Él permite que llegue la esclavitud, que sean oprimidos, pero no nos abandona. Siempre está escuchando la voz del pueblo.

  • Vemos a un Dios que es misericordioso, que, aunque el pueblo se prostituya,— que en este caso la prostitución es equivalente a volverse idólatra, a entregarle el corazón a alguien diferente que no es Yahvé— Yahvé sigue entregando las del corazón y el amor a ellos y los quiere rescatar una y otra vez y sigue acompañándolos.

  • Estaban esperando poder hacer lo que quisieran y se les olvida que el compromiso de ellos era con Yahvé. Por eso hoy Débora y Barac tienen este hermoso cántico y vemos como Dios los ha liberado de la opresión y de esta manera cae la idolatría una vez más y la gente puede entregarse a Yahvé. ¡Esperemos a ver cuánto les dura!

  • Hoy vimos una pelea contra unos hombres que tenían carros de hierro y Yahvé puso temor, miedo en sus corazones y nos muestran cómo Débora, ésta profetisa y juez, va a ser una voz para el pueblo. Casi nunca vemos mujeres haciendo este trabajo maravilloso del Antiguo Testamento, pero hoy es una de ellas. Así que podemos decir que esta es una mujer que ha sido llamada para juzgar a Israel durante el tiempo de opresión y desesperación y ¿qué hace ella? Impulsa al pueblo a que luche, a que salga de su opresión, a que la desesperación se convierta en esperanza, que sepan que Dios es fiel, que va a estar con ellos. Pero para esto necesitamos ser fieles y tener cuidado de lo que hacemos para no ir en contra de Dios, para no ir en rebelión contra Él, sino que le roguemos que intervenga a favor del pueblo, que haga justicia y que haga que los demás se vayan para que haya libertad para este pueblo. ¡Qué lindo!

  • ¿Por qué tenemos que orar hoy? Tal vez para que haya libertad en nuestro corazón, en nuestra vida. Tal vez nos tienen privados los vicios, algún problema, alguno odio contra alguien, ¡qué sé yo! ¿Qué hay en nuestro corazón que tenemos que pedir que se vaya? ¿Qué tenemos que hacer?

  • También démonos cuenta de que en el libro de Rut hoy hay algo muy importante y es que esta mujer ha dicho: "Dondequiera que tú vivas yo viviré. Estaré trabajando con ese pueblo tuyo, que tu pueblo sea mi pueblo" Qué linda es la fidelidad de las personas, qué lindo es ver cuando las personas se entregan de verdad y luchan por una causa, por un lugar donde están. Es por eso que Dios los va premiando y los lleva al campo de Booz. Y parece que Dios es el que nos está guiando.

  • Rut hace el trabajo y trata de hacerlo lo mejor que puede y los ojos de Booz se han puesto ya en él, ella sigue espigando, sigue trabajando fuerte y no se olvida de la lealtad hacia Noemí. No se olvida de entregarle las ganancias, no se olvida de compartirle lo que ella ha tenido. A veces tú y yo enfrentamos situaciones en las cuales no se ve con claridad cuál es la voluntad de Dios. Otras veces Dios nos permite equivocarnos para enseñarnos una pequeña lección, para mostrarnos Sus propósitos y lo más lindo es descubrir que la providencia de Dios comienza cada día cuando tú y yo dependemos de Él, cuando ponemos nuestros sentimientos, nuestras emociones, nuestras expectativas, nuestras ilusiones en sus manos. Así que, digamosle al Señor: "Hoy queremos tener una relación contigo y con tu Hijo. Queremos que derramen sobre nosotros tu amor, tu misericordia. Queremos vivir con plenitud. Queremos que nuestras metas sean bendecidas por tu santísima voluntad para que seas Tú que nos guíe con Tu Espíritu, con tu palabra". Por eso estamos leyendo esta palabra de Dios para que sea ella la que guíe nuestros pasos, la que guíe nuestra vida y para que podamos sentirnos no extranjeros, no extraños, sino que podemos sentirnos que, aunque somos lejanos a este pueblo, aunque somos lejanos a muchas realidades, el Señor no nos permite sentirnos así, sino que, todo lo contrario, nos acerca y nos hace sentir parte de ese pueblo escogido. Así que, no tengas miedo, sigue adelante, trabaja duro y entrégale todo a Yahvé, ponlo en Sus manos.

ORACIÓN FINAL

Y, como siempre, antes de terminar te pido que por favor ores por mí para que pueda seguir haciendo este ministerio. Hay días que son difíciles. Pidámosle al Señor también, o, ayúdame a pedirle que yo pueda vivir con fe lo que leo, lo que trato de transmitir, que pueda enseñar siempre la verdad y que también pueda cumplir lo que he enseñado. Y que la bendición de Dios Todopoderoso que es Padre, Hijo y Espíritu Santo descienda sobre ustedes y los acompañe siempre. ¡Que Dios los bendiga!

PARA MEDITAR

  • Hoy Fray Sergio nos pide que reflexionemos sobre las cosas por las cuales tenemos que orar hoy. En tu oración, pídele al Señor que te muestre las áreas de tu vida que todavía debes entregar en Sus manos. ¿Qué hay en tu corazón que tienes que pedir que se vaya? ¿Qué tienes que hacer?

CATECISMO DE LA IGLESIA CATÓLICA

Sal 134, 3

287 La verdad en la creación es tan importante para toda la vida humana que Dios, en su ternura, quiso revelar a su pueblo todo lo que es saludable conocer a este respecto. Más allá del conocimiento natural que todo hombre puede tener del Creador (cf. Hch 17,24-29; Rm 1,19-20), Dios reveló progresivamente a Israel el misterio de la creación. El que eligió a los patriarcas, el que hizo salir a Israel de Egipto y que, al escoger a Israel, lo creó y formó (cf. Is 43,1), se revela como aquel a quien pertenecen todos los pueblos de la tierra y la tierra entera, como el único Dios que "hizo el cielo y la tierra" (Sal 115,15;124,8;134,3).

(Todas las citas están tomadas del Catecismo de la Iglesia Católica disponible en línea en el sitio web del Vaticano. https://www.vatican.va/archive/catechism_sp/index_sp.html)

COMENTARIOS ADICIONALES

Jc 4,1-–5,32 - Débora y la tribu de Efraín

"Las antiguas tradiciones de las tribus sirven para ilustrar la bondad de Dios, que acudió en su ayuda una y otra vez, a pesar de las repetidas infidelidades de su pueblo. La exposición de lo relativo a Débora es buena muestra del modo en que se ha compuesto el libro. En este caso se conservaba una composición poética muy antigua (5,2-31), además de las tradiciones orales sobre las hazañas de esta mujer. El autor sagrado escribe la narración de la victoria de Débora sobre Sísara (4,1-24), pero antes de cerrar su relato del modo habitual —«y el país descansó durante cuarenta años» (5,32)— incluye también el canto triunfal (5,2-31). Se encuentran, pues, juntas dos versiones de los mismos sucesos con estilo literario muy distinto, una en prosa y otra en verso.”

Rt 2,1-17 - Rut es acogida por Booz

"El Señor retribuyó abundantemente la generosidad de Rut. Estas páginas hablan de la providencia de Dios, que con gran discreción, con aparente naturalidad, sin realizar acciones prodigiosas, fue disponiendo los medios para que no faltara a Noemí y Rut lo necesario para sustentarse. «La solicitud de la divina providencia es concreta e inmediata; tiene cuidado de todo, de las cosas más pequeñas hasta los grandes acontecimientos del mundo y de la historia. Las Sagradas Escrituras afirman con fuerza la soberanía absoluta de Dios en el curso de los acontecimientos: “Nuestro Dios en los cielos y en la tierra, todo cuanto le place lo realiza” (Sal 115,3); y de Cristo se dice: “si Él abre, nadie puede cerrar; si Él cierra, nadie puede abrir” (Ap 3,7); “hay muchos proyectos en el corazón del hombre, pero sólo el plan de Dios se realiza” (Pr 19,21)» (Catecismo de la Iglesia Católica, n. 303).

“En la Ley estaba previsto que después de segar un terreno no se volviese a recoger lo que se les hubiera caído u olvidado a los segadores, de modo que los necesitados pudieran alimentarse de las espigas que quedasen en el suelo (cfr Lv 19,9-10 y Dt 24,19). Rut, acogiéndose a esta medida humanitaria, sale tras los segadores para buscar algo de alimento y entra en el campo de Booz. Éste, al visitar a sus hombres, reparó en la muchacha y la trató con benevolencia al saber quién era.

Ese favor fue una muestra de la protección que le dispensó «el Señor, Dios de Israel, bajo cuyas alas buscaste refugio» (2,12), como le diría Booz. La idea de acudir al Señor “para encontrar cobijo bajo sus alas es un modo de hablar frecuente en la Biblia (cfr Dt 32,10-11; Sal 17,8; 36,8; 61,5; 63,8 y 91,4) que expresa con gran fuerza poética la ternura con que Dios se hace cargo del cuidado de los que se acogen a Él. Nuestro Señor Jesucristo la utilizará también para manifestar el afecto que había mostrado hacia la Ciudad Santa sin ser correspondido: «Cuántas veces he querido reunir a tus hijos, como la gallina reúne a sus polluelos bajo las alas, y no quisiste» (Mt 23,37).”

(Comentarios tomados de la Sagrada Biblia Universidad de Navarra, Edición Latinoamericana, versión electrónica).