Día 3: El arca de Noé

Evento clave 4: El Diluvio (Génesis 6: 1-9:17)

El diluvio trae la destrucción del mal, pero salvación para Noé y su familia. El simbolismo bíblico del agua que trae muerte y vida nueva reaparece en el cruce del Mar Rojo y llega a su culminación en el Bautismo (ver Rom 6: 3-5; 1 Pedro 3: 20-21), por el cual entramos en la muerte de Cristo. y su vida resucitada. El arca se convierte en símbolo de la Iglesia.

INTRODUCCIÓN

Hoy conoceremos un poco más de la descendencia de Adán y Eva a través de su hijo Set. Vimos ayer cómo ya desde el momento en que el pecado entra en la historia del hombre gracias a la caída, la humanidad se empieza a corromper y sus pecados a multiplicarse. Este tema, junto a la fidelidad y misericordia de Dios, nos acompañarán en los relatos que leeremos luego en nuestro recorrido por la Biblia. Es de notar que los nombres de varios personajes que se mencionan en las lecturas de hoy, aparecerán luego en la genealogía de Jesús que conocemos gracias a Lucas, el Evangelista (ref. Lc 3: 36-38). Por ejemplo, ayer escuchamos de Enos, el hijo de Set (hijo de Adán y Eva luego de la muerte de Abel a manos de Caín) de quien se nos dice que fue “el primero en invocar el nombre de Yahvé” (Gn 4: 26). Luego nos encontramos con Henoc, de quien nos dice el relato, que “anduvo con Dios, y desapareció porque Dios se lo llevó” (Gn 5: 24); Matusalén, quien es la persona humana más longeva registrada en la Biblia, habiendo vivido 969 años (Gn 5: 27) y por último, leeremos de Noé, “el varón más justo y cabal de su tiempo” y el cual también “andaba con Dios” (Gn 6: 9). Tengamos en cuenta también el simbolismo de estas lecturas: en “tipología”, el arca en la cual se salvan Noé y a su familia representa a la Iglesia, y las aguas del diluvio serán imágen del Bautismo, en el cual somos sepultados con Cristo (ref. Col 2: 12; Rm 6: 4-6) y el cual nos salva (1P 3: 21) por la fe en Cristo. Otro tema a tener en cuenta es la obediencia de Noé, que se contrapone a la desobediencia de Adán y Eva. Hoy veremos que se menciona que Noé hizo todo lo que le había mandado Dios (cf. Gn 6: 22).


ORACIÓN INICIAL

"Padre de amor y de misericordia, Tú qué haces elocuente la lengua de los niños, educa también la mía e infunde en mis labios la gracia de tu bendición. Padre, Hijo, y Espíritu Santo.Y a ti qué me escuchas: pide que el Espíritu Santo abra tu mente, que abras tu corazón, para que podamos gozar de esta palabra que Dios nos regala hoy a nuestras vidas." (Fray Sergio)


PUNTOS CLAVE

  • En el podcast de hoy, Fray Sergio nos recuerda que “vemos un Dios que de pronto tiene ira, o por lo menos es lo que el autor sagrado nos quiere dar a entender y, pues claro, necesitamos colocar sentimientos humanos en Dios para poderlo entender, porque nosotros somos humanos y no podemos entender como dioses sino como seres humanos.”

  • “El encargo de Dios de salvar al mundo, de salvar el planeta, de salvar a toda su creación, está también en manos del hombre.”

  • “El Diluvio es una catástrofe que proporciona destrucción pero a la vez que iba a proponer que sea una nueva creación, para que el hombre tenga una nueva oportunidad, para que el hombre pueda salir adelante de la mano y del plan de Dios. La corrupción de la humanidad es lo que ha producido esta destrucción.

  • ¿Cuál es el sentido de la vida, si nosotros no estamos conectados con Dios? ¿Si no estamos conectados a hacer su voluntad? Cuando no hacemos lo que Dios nos pide somos contribuyentes a la destrucción, al no cumplimiento del plan divino, del desarrollo de una humanidad feliz y en paz. Hoy tenemos que abrazar el plan de salvación. Decir: Señor, quisiera dejar un mejor mundo para las demás personas y no quejarnos y decir “¡qué mal el mundo que hemos recibido!” sino todo lo contrario “¡Sí, Señor! Tal vez recibimos una obra que estaba inconclusa o que venía decadente, pero yo me comprometo a hacer la mejor. Porque tú me sondeas, porque tú me conoces, porque tú me has hecho a tu imagen y semejanza.”

  • “Señor, definitivamente mi existencia está en tus manos. ¿Porque voy a confiar en los hechiceros o el horóscopo u otras cosas, si puedo poner mi confianza en Ti, que me das el sol, me das el alimento, me das la salud, me das la vida. Señor Tú me sondeas, Tú conoces mi corazón, Tú me examinas, Tú conoces mis desvelos, y Tú sabes Señor que a veces, aunque camino torcido, pues ahí estás Tú para guiarme por ese camino que es eterno.”

  • Dios va caminando con la humanidad y no se detiene. Es un Dios constante, es un Dios amoroso, es un Dios fiel que no quiere abandonar a su pueblo y que siempre quiere salvarnos. Tal vez hoy él Señor está tocando tu corazón para que seas tú ese nuevo Noé que en medio del diluvio de las preocupaciones diarias que tenemos, de los problemas, de las eventualidades, tú digas: “voy a construir un arca!” Pero ya no un arca para salvarnos del diluvio, sino un arca en tu vida, dónde vas a reconocer la presencia de Dios. Dónde vas a decir: “Señor este planeta que me has dado, esta familia que me has dado, esta vida que me has dado, esta salud que tú me has dado, te la consagro para hacer un mundo mejor. Quiero ayudar a esa reconciliación de los hombres contigo y también quiero ayudar a toda la creación para que encontremos que todos somos Tu obra, porque Tú a todos nos has hecho buenos. A hombres, animales, a plantas, todo este planeta, lo creaste porque en él te regocijaste y quieres que te encontremos en él.”

  • “Señor eres grande, porque nunca anticipé mi existencia, pero tú las planeaste y permitiste que estos fueran mis padres, que estos fueran mis abuelos. Nos ayudan a entender que no nacimos de la nada. Que venimos como prolongación de una creación que Dios hizo y que la hizo con amor.

  • Nuevas aguas que Dios enviara, pero ya no serán las del diluvio, si no serán las aguas del bautismo, que van a venir purificar, a renovar no al mundo, sino a tu vida, a tu propio mundo. Por eso la historia de salvación está muy conectada con tu propia historia, tienes que buscar dónde encajas.

  • Dios que está siempre al cuidado del hombre, que está buscando lo que está pasando en ti, que sabe lo que está pasando en mí, que conoce cada detalle de la creación, que conoce la cantidad de granos de arena que hay en la playa, que conoce el calor de las estrellas, que conoce la cantidad de planetas, el que conoce cada una de tus idas y venidas y, sin embargo, decidió llamarte, decidió salvarte y decidió poner a alguien al frente de tu vida para que tú encuentres esa salvación, para que puedas llegar a un puerto seguro y para que puedas disfrutar de un Dios que te ama y de un Dios que realmente es fiel.

RECAPITULANDO

  • El mundo se empieza a corromper y, con el Diluvio, Dios limpia la faz de la tierra de la maldad del hombre que cundía la tierra.

  • Noé se salva por obedecer todo lo que Dios le manda.

  • El Arca que construyó Noé simboliza a la Iglesia y las aguas del Diluvio simboliza el bautismo.

  • Cada uno de nosotros estamos conectados a la historia de la salvación. Todos fuimos pensados y creados por Dios y todos encajamos en Su plan amoroso, pero debemos discernir este llamado específico de Dios.


ORACIÓN FINAL

“Por favor oren por mí para que pueda ser fiel a este ministerio que se me ha confiado, para que yo pueda vivir con fe cada una de las palabras que leo en esta escritura. Para qué puede enseñar la verdad y para poder cumplir lo que he enseñado. Que la bendición de Dios todopoderoso qué es Padre, Hijo y Espíritu Santo descienda sobre cada uno de ustedes y los acompañe siempre.” (Fray Sergio).


PÁRRAFOS RELEVANTES DEL CATECISMO

Gn 5, 1

2335 Cada uno de los dos sexos es, con una dignidad igual, aunque de manera distinta, imagen del poder y de la ternura de Dios. La unión del hombre y de la mujer en el matrimonio es una manera de imitar en la carne la generosidad y la fecundidad del Creador: “El hombre deja a su padre y a su madre y se une a su mujer, y se hacen una sola carne” (Gn 2, 24). De esta unión proceden todas las generaciones humanas (cf Gn 4, 1-2.25-26; 5, 1).


Gn 5, 1-2

2331 “Dios es amor y vive en sí mismo un misterio de comunión personal de amor. Creándola a su imagen [...] Dios inscribe en la humanidad del hombre y de la mujer la vocación, y consiguientemente la capacidad y la responsabilidad del amor y de la comunión” (FC 11).

“Dios creó el hombre a imagen suya; [...] hombre y mujer los creó” (Gn 1, 27). “Creced y multiplicaos” (Gn 1, 28); “el día en que Dios creó al hombre, le hizo a imagen de Dios. Los creó varón y hembra, los bendijo, y los llamó “Hombre” en el día de su creación” (Gn 5, 1-2)


Gn 5,24 y Gn 6,9

2569 La oración se vive primeramente a partir de las realidades de la creación. Los nueve primeros capítulos del Génesis describen esta relación con Dios como ofrenda por Abel de los primogénitos de su rebaño (cf Gn 4, 4), como invocación del nombre divino por Enós (cf Gn 4, 26), cómo “marcha con Dios” (Gn 5, 24). La ofrenda de Noé es “agradable” a Dios que le bendice y, a través de él, bendice a toda la creación (cf Gn 8, 20-9, 17), porque su corazón es justo e íntegro; él también “marcha con Dios” (Gn 6, 9). Este carácter de la oración ha sido vivido en todas las religiones, por una muchedumbre de hombres piadosos. En su alianza indefectible con todos los seres vivientes (cf Gn 9, 8-16), Dios llama siempre a los hombres a orar. Pero, en el Antiguo Testamento, la oración se revela sobre todo a partir de nuestro padre Abraham.


Gn 6,5 y Gn 6,12

401 Desde este primer pecado, una verdadera invasión de pecado inunda el mundo: el fratricidio cometido por Caín en Abel (cf. Gn 4,3-15); la corrupción universal, a raíz del pecado (cf. Gn 6,5.12; Rm 1,18-32); en la historia de Israel, el pecado se manifiesta frecuentemente, sobre todo como una infidelidad al Dios de la Alianza y como transgresión de la Ley de Moisés; e incluso tras la Redención de Cristo, entre los cristianos, el pecado se manifiesta de múltiples maneras (cf. 1 Co 1-6; Ap 2-3). La Escritura y la Tradición de la Iglesia no cesan de recordar la presencia y la universalidad del pecado en la historia del hombre: «Lo que la Revelación divina nos enseña coincide con la misma experiencia. Pues el hombre, al examinar su corazón, se descubre también inclinado al mal e inmerso en muchos males que no pueden proceder de su Creador, que es bueno. Negándose con frecuencia a reconocer a Dios como su principio, rompió además el orden debido con respecto a su fin último y, al mismo tiempo, toda su ordenación en relación consigo mismo, con todos los otros hombres y con todas las cosas creadas» (GS 13,1).


2270 La vida humana debe ser respetada y protegida de manera absoluta desde el momento de la concepción. Desde el primer momento de su existencia, el ser humano debe ver reconocidos sus derechos de persona, entre los cuales está el derecho inviolable de todo ser inocente a la vida (cf Congregación para la Doctrina de la Fe, Instr. Donum vitae, 1, 1).

«Antes de haberte formado yo en el seno materno, te conocía, y antes que nacieses te tenía consagrado» (Jr 1, 5). «Y mis huesos no se te ocultaban, cuando era yo hecho en lo secreto, tejido en las honduras de la tierra» (Sal 139, 15).