Día 15: Las mujeres de Jacob
INTRODUCCIÓN
Hoy continuamos con la historia de Jacob y se nos muestra en estos capítulos del Génesis que la historia de los patriarcas también está plagada de conflictos, riñas y disputas entre familiares cercanos. A veces pensamos que las historias que están en la Biblia hablan de hombres y mujeres perfectos, pero luego al leer los relatos bíblicos, nos damos cuenta de que Dios eligió a personas normales como nosotros, con retos y vidas complicadas como las nuestras, para llevar a cabo Su obra. En los capítulos de hoy leemos sobre el engaño que sufre Jacob por parte de su tío materno, Labán ¡Pareciera que la mala maña de engaño y tramposería corre en la familia de Jacob! Ayer leímos sobre cómo Raquel instigó a su hijo Jacob para robarle la bendición que le correspondía a Esaú como primogénito. Y entendamos que en lenguaje bíblico, cuando se da una bendición, ésta posee la capacidad de realizar aquello que dice y no son unas meras palabras sin efecto.
Jacob logra engañar a su padre ya viejo y ciego, Isaac, pero hoy el engañador es engañado por alguien de su misma familia. Su tío Labán engaña a Jacob y en lugar de darle en matrimonio a su hija menor, Raquel (mujer hermosa de quien Jacob se enamoró), le da a su hija mayor Lía, de quien se dice –en otras traducciones de la Biblia– que tenía los ojos "tristes”, no "tiernos", como nos dice la traducción de la Great Adventure Bible. Luego vemos como Jacob tiene la oportunidad de desquitarse del abuso de su tío al multiplicar sus rebaños por medio de un subterfugio para que las crías débiles fueran para Labán y las fuertes y vigorosas para él (Gn 30, 37-43).
En fin, vemos cómo Dios llama a personas normales y pecadoras y las transforma con Su gracia. Hoy, esta palabra nos recuerda que Dios no espera a que seamos santos y perfectos para llamarnos. Él nos llama aquí y ahora y nos pide que le dejemos a Él transformar nuestras vidas y utilizar aún hasta las situaciones dolorosas y nuestro propio pasado (que quizás es menos que perfecto) para hacer Su obra en nosotros y a través de nosotros. -Vee Salazar
ORACIÓN
"Padres de amor y misericordia, Tú que haces elocuente la lengua de los niños, educa también la mía e infunde en mis labios la gracia de tu bendición que es Padre, Hijo y Espíritu Santo. Y tú que estás escuchando este podcast, pide al Espíritu Santo que abra tu mente y la mía, que abra tu corazón y el mío, para que podamos gozar de esta Palabra de Dios que se nos regala hoy para nuestras vidas." (Fray Sergio)
PUNTOS CLAVES
Con estos capítulos del Génesis, veremos hoy a Jacob quien hace votos solemnes. Tiene una ocasión especial, hace votos a Dios, empieza a observarlos y Jacob se empieza a crecer como un hombre en la fe. Confía mucho en Dios, sabe que Dios está con él, que lo mantendrá y que su vida pues, depende de eso, de que Dios lo mantenga. Pero, también, vemos a un Jacob o veremos un Jacob que es bastante moderado en sus deseos. No pide ropa suave, no pide cosas delicadas, sino que está entendiendo que hay que ser agradecidos con Dios, que debemos estar contentos para disfrutar lo poco o mucho que tengamos. Así que Jacob se vuelve un hombre piadoso y nos va a mostrar que, a veces, no necesitamos de mucho para ser felices pues él hace saber a su suegro, Labán, del afecto que siente por Raquel. Y, como él no tiene muchos bienes, dice: “Bueno, pues yo me dono y estoy aquí trabajando gratis mientras puedo pagar el dote por mi futura esposa”. Así que preparémonos porque hoy entenderemos lo que es el valor de la felicidad y que, también, hay sufrimientos que, en este tiempo presente son difíciles, pero no son nada comparados con la felicidad que obtendremos. También, estamos en la lucha entre el amor y el odio. Hay drama entre hermanos, hay luchas, hay envidias, pero, sobre todo, hay reconciliación. Algo muy valioso para estos capítulos que se aproximan.
Nos damos cuenta en este libro de los Proverbios, que acabamos de proclamar, que hay que confiar en Yahvé de todo corazón. Y, a veces, pensamos que nos las sabemos todas o que somos más inteligentes que Dios. Y, a veces, se nos olvida reconocer que Dios está en todos nuestros caminos, así nuestro camino esté un poco torcido, no veamos el camino. Debemos confiar porque Dios va a enderezar nuestras sendas y no podemos darnos las de que lo sabemos todo. Hay que tener temor de Dios porque Él nos ayuda a no caer en las malas cosas.
Y lo hemos visto hoy, también, en la lectura del Génesis que ha sido muy bella. Cómo hay trampas, cómo hay problemas, pero cuando la confianza se pone en el Señor, Él empieza a poner todo en orden. Un hombre que está escapando por su vida, que está escapando de la venganza de su hermano, llega donde su propia familia, quién le miente a él a la vez. Hoy él quería casarse con Raquel y terminó casándose con Lía. Su familiar, Labán, termina explotándolo, pero a la vez, gracias a este tiempo que está ahí, él puede conocerse a sí mismo, puede hacer que su riqueza crezca. Y ahora tiene esposas, tiene hijos y empieza su descendencia a crecer, a crecer. Empiezan sus ganados a crecer, porque este hombre ha sabido poner la confianza en Dios. Aunque, a veces, veamos que nuestra vida se oscurece, necesitamos tener siempre esa confianza en Dios y saber que no nos abandonará. Debemos saber valorar nuestra felicidad, pero también nuestros sufrimientos, que más adelante se convierten en bendiciones porque de ellos aprendemos, de ellos podemos crecer.
Así que, como le dije antes, esta es la historia de nuestra salvación y tenemos que ver cómo esa historia de la salvación y la mía van de la mano. Tal vez no entendía el sufrimiento en mi vida, los engaños, las mentiras que otros han proferido en mi contra pero que, al fin y al cabo, se ha convertido en muchos momentos de bendición. Hay mucha gente que ha emigrado, que se ha ido, que ha terminado relaciones por mentiras, por engaños y con el tiempo dicen: “Fue lo mejor que me pudo pasar, porque gracias a eso hoy tengo esto y he conseguido lo otro, y voy mejor”. Y con esto se han dado cuenta de que Dios, siempre, estuvo con ellos. Que Dios nunca los soltó de su mano. Así que qué mejor que empecemos a hacer un análisis de nuestra propia historia y ver cómo Dios es fiel en medio de nuestro trajín, de nuestra mentira, de nuestra incertidumbre como humanos, Dios se mantiene fiel.
RECAPITULANDO
La historia de Jacob y su familia nos muestra que Dios nos llama a pesar de las contrariedades de nuestras vidas.
Aunque, a veces, veamos que nuestra vida se oscurece, tengamos siempre una gran confianza en Dios, porque Él no nos abandonará nunca.
A veces las situaciones dolorosas de nuestra vida se tornan en gran fuente de bendición.
ORACIÓN FINAL
“Y antes de despedirme quisiera pedirles que oren por mí. Para que yo pueda ser fiel a este ministerio que se me ha confiado. Para que pueda vivir con fe esto que comparto con ustedes. Para que pueda enseñar siempre la verdad y para que yo, también, pueda cumplir lo que enseño. Y que la bendición de Dios Todopoderoso, que es Padre, Hijo y Espíritu Santo, descienda sobre ustedes y los acompañe siempre. Y no se olviden que hoy pueden alabar, bendecir y predicar con la Palabra de Dios. ¡Que Dios los bendiga!” (Fray Sergio)
CATECISMO DE LA IGLESIA CATÓLICA
Gn 29, 15
500 A esto se objeta a veces que la Escritura menciona unos hermanos y hermanas de Jesús (cf. Mc 3, 31-55; 6, 3; 1 Co 9, 5; Ga 1, 19). La Iglesia siempre ha entendido estos pasajes como no referidos a otros hijos de la Virgen María; en efecto, Santiago y José "hermanos de Jesús" (Mt 13, 55) son los hijos de una María discípula de Cristo (cf. Mt 27, 56) que se designa de manera significativa como "la otra María" (Mt 28, 1). Se trata de parientes próximos de Jesús, según una expresión conocida del Antiguo Testamento (cf. Gn 13, 8; 14, 16;29, 15; etc.).
Gn 30, 1
2374 Grande es el sufrimiento de los esposos que se descubren estériles. Abraham pregunta a Dios: “¿Qué me vas a dar, si me voy sin hijos...?” (Gn 15, 2). Y Raquel dice a su marido Jacob: “Dame hijos, o si no me muero” (Gn 30, 1).