Día 17: Esaú sale al encuentro de Jacob

INTRODUCCIÓN

"Jacob viene a Sucot y a Siquén y allí construye un altar, lo cual nos muestra que dondequiera que estemos en nuestras casas, en nuestros trabajos sería lindo que tuviéramos un altar para Dios. También vemos cómo las jóvenes, especialmente las mujeres, nunca están seguras y siempre la mejor situación es cuando están bajo el cuidado de sus padres y si sus padres son bien piadosos y bien cuidadosos pues que mejor y que más seguridad pueden encontrar estas chicas. Jacob hoy en el capítulo 33 ha orado y va a entregar su caso a Dios y de esa manera puede continuar su camino. Algo que nos interesa a nosotros es que pase lo que pase nada puede salir mal a aquel a quien su corazón está puesto en Dios. Hoy Jacob se va a inclinar ante su hermano va a tener un comportamiento humilde, va a ser sumiso y de esa manera logra alejar la ira de su hermano. Así es como Esaú abraza a Jacob y descubrimos que Dios tiene poder sobre los corazones de todos los hombres, pero para eso tenemos que poner nuestro corazón en sus manos. Así que no nos olvidemos que no es en vano confiar en Dios. Y a él lo podemos llamar hoy, mañana, cuando estemos en angustia. Cuando los caminos del hombre complacen a Dios él hace que incluso sus enemigos estén en paz con él." (Fray Sergio)


ORACIÓN

"Padre de amor y misericordia, Tú qué haces elocuente la lengua de los niños, educa también la mía e infunde en mis labios la gracia de tu bendición, Padre, Hijo y Espíritu Santo. Y a ti te invito para que pidas que el Espíritu Santo abra hoy nuestras mentes y nuestros corazones para que podamos gozar de esta Palabra de Dios en nuestras vidas hoy." (Fray Sergio)


PUNTOS CLAVES

  • Qué hermosos capítulos del Génesis tenemos hoy. Vemos a un Jacob que ora, que entrega su caso a Dios, que le dice al Señor que lo proteja en todos sus caminos y él sabe que nada va a salir mal si sigue con su corazón puesto en el Señor, si sigue confiando en Dios. Pero a su vez Jacob hace muchos gestos de humildad frente a su hermano Esaú. Se inclina hacia él. Tiene un comportamiento que es de humildad de estar sumiso y como lo dije al principio, esto ayuda que la ira se disipe, que se vaya.

  • Así que no es en vano que confiemos en Dios, no es en vano que tratemos de reconciliarnos con nuestros hermanos, con nuestros familiares. Pues hoy con esta reconciliación Esaú recibe a Jacob y lo vuelve a ver como un hermano. Hay mucha ternura y lágrimas, se dan un abrazo, hay llanto. Creo que fue lo que experimentamos tal vez unos días atrás en la navidad. Muchos hermanos se juntaron lloraron después de no vernos por mucho tiempo. Tal vez hubo reconciliaciones y lo más hermoso es que hoy Jacob llega con muchas personas y Esaú pregunta, “¿Y quiénes son estos?” Y es una pregunta muy interesante porque se ha extendido hoy la familia. Jacob trae más hijos, pero no sólo trae hijos también trae regalos. Nos muestra que su corazón ha cambiado, que hay mucha generosidad. Parece que ahora tiene un corazón que es libre y viene con manos abiertas a entregar de lo que él mismo ha recibido.

  • Empiezan este diálogo los hermanos y se empiezan a suscitar nuevas relaciones cosas que son mucho más grandes que lo que los separaba. Tal puede ser nuestra realidad del día de hoy, tal vez ha habido trampas entre nosotros. Tal vez nos hemos ofendido. Seguramente hemos perdido algunas cosas y dejamos que el aire nos lleve y con esto lo único que estamos consiguiendo es perder nuestras almas, perder nuestras familias y a veces le damos más valor a las cosas que a las relaciones.

  • Hoy es un día para que realmente miremos qué es lo que debemos amar, para que pongamos las cosas en manos de Dios, pero también es importante para que dejemos que el cuidado y la atención de nuestra familia esté en Dios, para que los padres siempre impidan que los hijos se expongan innecesariamente a los peligros pues debemos evitar cuidadosamente todas las ocasiones del pecado e incluso debemos evitar acercarnos a él.

  • Hoy tenemos una violación algo horrendo, algo espantoso. Se quiere crear sanación, se quiere restaurar el problema que se ha creado. Hablan entre padres hacen acuerdos, pero usan para esto un rito sagrado que tal vez los va ayudar a reconciliar. Pero más que mirar la dificultad que se da en este problema de la violación tenemos que repasar lo que hace Simeón y su hermano Leví, quienes actúen ahora de manera muy injusta. No podemos olvidar que aquellos que actúan de manera malvada con algún pretexto a veces son los peores enemigos de la verdad pues ellos endurecen su corazón y traen mucha destrucción.

  • No olvidemos que los crímenes de otro no son excusa para nosotros, no son excusa para que tú y yo seamos demasiado duros con los demás. Un pecado puede conducir a otro y nos vamos a consumir en estas venganzas, en estos problemas y nos puede seducir rápidamente la ira, la sed de venganza y hasta la traición y, después de esto ya vimos se dio el asesinato.

  • Pidámosle hoy al señor que nos ayude a encontrarlo a él, que nos ayuda a traer la paz y la reconciliación, que podamos unir más a las familias, que podamos construir altares donde el Dios de la vida y de la verdad sea siempre honrado. Así que, como lo decíamos en proverbios: vamos a pedir hoy que encontremos esa sabiduría, que podamos adquirir esa prudencia, pues esto vale mucho más que las cosas materiales. Tiene mucho más valor y si actuamos con sabiduría y prudencia estaremos actuando acorde a la voluntad de Dios y podremos ser felices.


RECAPITULANDO

  • La humildad ayuda a que la ira se disipe.

  • No es en vano que tratemos de reconciliarnos con nuestros hermanos y familiares. Al contrario. debemos tratar de reconciliarnos.

  • Pongamos las cosas en manos de Dios, y dejemos que el cuidado y la atención de nuestra familia esté en Él.

  • Los crímenes de otro no son excusa para que nosotros obremos mal.


ORACIÓN FINAL

“Aférrate hoy a pedir esa sabiduría que sólo viene de Dios y, como siempre te pido que por favor ores por mí, para que yo pueda ser fiel al ministerio que se me ha confiado, para que pueda vivir con fe cada una de las cosas que trato de enseñar, para que pueda enseñar la verdad y para que pueda cumplir cada una de estas cosas que estoy tratando de enseñar. Que la bendición de Dios Todopoderoso que es Padre, Hijo y Espíritu Santo, descienda sobre ustedes y los acompañe siempre. No se olviden de que pueden alabar, bendecir y predicar con la Palabra de Dios ¡Que Dios te bendiga!” (Fray Sergio)


CATECISMO DE LA IGLESIA CATÓLICA

Gn 34, 1-2

2356 La violación es forzar o agredir con violencia la intimidad sexual de una persona. Atenta contra la justicia y la caridad. La violación lesiona profundamente el derecho de cada uno al respeto, a la libertad, a la integridad física y moral. Produce un daño grave que puede marcar a la víctima para toda la vida. Es siempre un acto intrínsecamente malo. Más grave todavía es la violación cometida por parte de los padres (cf. incesto) o de educadores con los niños que les están confiados.


Gn 34, 25-31

2302 Recordando el precepto: “No matarás” (Mt 5, 21), nuestro Señor pide la paz del corazón y denuncia la inmoralidad de la cólera homicida y del odio: La ira es un deseo de venganza. “Desear la venganza para el mal de aquel a quien es preciso castigar, es ilícito”; pero es loable imponer una reparación “para la corrección de los vicios y el mantenimiento de la justicia” (Santo Tomás de Aquino, Summa theologiae, 2-2, q. 158, a. 1, ad 3). Si la ira llega hasta el deseo deliberado de matar al prójimo o de herirlo gravemente, constituye una falta grave contra la caridad; es pecado mortal. El Señor dice: “Todo aquel que se encolerice contra su hermano, será reo ante el tribunal” (Mt 5, 22).


2303 El odio voluntario es contrario a la caridad. El odio al prójimo es pecado cuando se le desea deliberadamente un mal. El odio al prójimo es un pecado grave cuando se le desea deliberadamente un daño grave. “Pues yo os digo: Amad a vuestros enemigos y rogad por los que os persigan, para que seáis hijos de vuestro Padre celestial...” (Mt 5, 44-45).


Jb 23–24

2734 La confianza filial se prueba en la tribulación, ella misma se prueba (cf. Rm 5, 3-5). La principal dificultad se refiere a la oración de petición, al suplicar por uno mismo o por otros. Hay quien deja de orar porque piensa que su oración no es escuchada. A este respecto se plantean dos cuestiones: Por qué la oración de petición no ha sido escuchada; y cómo la oración es escuchada o “eficaz”.


2847 El Espíritu Santo nos hace discernir entre la prueba, necesaria para el crecimiento del hombre interior (cf Lc 8, 13-15; Hch 14, 22; 2 Tm 3, 12) en orden a una “virtud probada” (Rm 5, 3-5), y la tentación que conduce al pecado y a la muerte (cf St 1, 14-15). También debemos distinguir entre “ser tentado” y “consentir” en la tentación. Por último, el discernimiento desenmascara la mentira de la tentación: aparentemente su objeto es “bueno, seductor a la vista, deseable” (Gn 3, 6), mientras que, en realidad, su fruto es la muerte. «Dios no quiere imponer el bien, quiere seres libres [...] En algo la tentación es buena. Todos, menos Dios, ignoran lo que nuestra alma ha recibido de Dios, incluso nosotros. Pero la tentación lo manifiesta para enseñarnos a conocernos, y así, descubrirnos nuestra miseria, y obligarnos a dar gracias por los bienes que la tentación nos ha manifestado» (Orígenes, De oratione, 29, 15 y 17).


Pr 3, 13-18

299 Porque Dios crea con sabiduría, la creación está ordenada: "Tú todo lo dispusiste con medida, número y peso" (Sb 11,20). Creada en y por el Verbo eterno, "imagen del Dios invisible" (Col 1,15), la creación está destinada, dirigida al hombre, imagen de Dios (cf. Gn 1,26), llamado a una relación personal con Dios. Nuestra inteligencia, participando en la luz del Entendimiento divino, puede entender lo que Dios nos dice por su creación (cf. Sal 19,2-5), ciertamente no sin gran esfuerzo y en un espíritu de humildad y de respeto ante el Creador y su obra (cf. Jb 42,3). Salida de la bondad divina, la creación participa en esa bondad ("Y vio Dios que era bueno [...] muy bueno": Gn 1,4.10.12.18.21.31). Porque la creación es querida por Dios como un don dirigido al hombre, como una herencia que le es destinada y confiada. La Iglesia ha debido, en repetidas ocasiones, defender la bondad de la creación, comprendida la del mundo material (cf. San León Magno, c. Quam laudabiliter, DS, 286; Concilio de Braga I: ibíd., 455-463; Concilio de Letrán IV: ibíd., 800; Concilio de Florencia: ibíd.,1333; Concilio Vaticano I: ibíd., 3002).