Día 49: El tabernáculo
Evento clave 24: El Tabernáculo (Éxodo 36–38)
El Tabernáculo es la tienda-santuario portá3til que acompaña a Israel durante su peregrinación por el desierto después del Éxodo. El Dios que reveló su presencia en el Monte Sinaí sigue así estando con su pueblo. El recinto interior del tabernáculo es el Santo de los Santos, que contiene el Arca de la Alianza, donde el Señor está “entronizado sobre querubines” (Sal 99, 1). El Tabernáculo es una prefiguración del cuerpo resucitado de Jesús, “en él reside toda la plenitud de la divinidad corporalmente”. (Col 2, 9; cf. Jn 1, 14)
INTRODUCCIÓN
Hoy llegamos al día 49. Vamos volando. siete por siete, días muy importantes para los judíos. En el día 50, siempre se celebró una fiesta. Mañana será día de fiesta para nosotros, imagino yo. Hoy continuamos con el Éxodo. Estaremos leyendo los capítulos 35 y 36, Levítico 25 y el Salmo 81, y veíamos ayer este relato que nos llevó a considerar el motivo que el Señor tuvo para enojarse, para juzgar a su pueblo. Pero también vimos lo hermoso que fue que Moisés intercedió por el pueblo. Y así, de esta manera, Israel se preparó y siguió su viaje. Ya tienen un ángel que los va a guiar, Moisés sigue orando y tiene esta revelación personal de Dios, su rostro brilló. Hoy continuamos con este tema, aunque veíamos las Tablas de la Ley, que fueron renovadas el día de ayer, que también se proclamó el nombre del Señor y, como lo dije, que el rostro de Moisés brilló.
Hoy el énfasis es, sobre todo, en lo que es el Sábado o el día de reposo. El Señor insiste en que el primer motivo para que nosotros guardemos un día de reposo, era recordar lo que se hizo en la creación, que Dios había descansado el séptimo día. Y parece que, a veces, cuando nosotros dejamos de honrar ese día de descanso, nos vamos apartando de la mano creadora de Dios y nos vamos alejando del Creador. siempre que dejamos de descansar y ofrecer este día al Señor, nos metemos más en otras cosas - en el fútbol, en la fiesta, en trabajar más, en conseguir más dinero - y nos vamos alejando, nos vamos enfriando del Señor. Y parece que eso viene desde antiguo. Vamos a ver cómo la humanidad en conjunto se une a ese día y reconocen a Dios y comienzan a adorarlo y pueden dejar atrás la idolatría. Cuando no lo hacen, empiezan a adorar la criatura, empiezan a formarse otros ídolos.
Así que, por favor, no dejemos de cumplir nuestro día de reposo. Dediquemosle un día a nuestro descanso y también a nuestro encuentro con Dios. Esa es una señal de que hay una relación entre los dos, entre Dios y el hombre. Y así que vamos a explicar hoy eso, vamos a leerlo, vamos a entenderlo porque esto lo van a aplicar ellos en la Tierra Prometida y en cualquier otro lugar. Así que, para ellos, era muy difícil. El que trabajara ese día iba a ser apedreado. En nuestra situación actual es diferente.
Veremos también las ofrendas voluntarias que se daban, el Tabernáculo, cómo empieza el trabajo de los artesanos en estas obras del Tabernáculo y cómo se desarrolla todo lo demás. Mejor dicho, no los lleno de información, sino que vámonos a empezar.
Como lo dije, leeremos Éxodo, capítulo 35 y 36, Levítico, capítulo 25 y el Salmo 81. Este es el día 49. Empecemos.
ORACIÓN INICIAL
Padre de amor y misericordia, tú que haces elocuente la lengua de los niños, educa también la mía e infunde en mis labios la gracia de tu bendición, Padre, Hijo y Espíritu Santo.
Y a ti que estás escuchando, pide que el Espíritu Santo hoy abra nuestra mente y nuestro corazón para que podamos seguir gozando de esta linda palabra que se nos ha proclamado.
PUNTOS CLAVES
Estamos en momentos muy interesantes, días de descanso, días de honrar al Señor. Estos capítulos 35 y 36 son supremamente valiosos. Vemos cómo Dios ha dado una misión a los artesanos, cómo ellos han ido realizando todo este trabajo de construir el Lugar Santo para Dios. Grandes detalles, medidas, colores, toda la gente entregando sus ofrendas, los trabajadores listos a dar y todo listo.
Hay algo que se llama la corresponsabilidad. Muy importante. Tiempo que va a dar la gente, talento que van a dar los artesanos, tesoros que van a dar las personas. La generosidad está desbordada, hasta el punto que toco limitarles, “ey, ey, ey, paren, ya no dejen más porque es demasiado, tenemos más que suficiente”. Posiblemente la gente que estaba dedicada a esta construcción, pues ya quedaba asombrada y ellos eran gente con mucha sabiduría e inteligencia, no que eran propias de ellas, sino que Dios les ha concedido para todos estos trabajos.
Así que tú pídele al Señor, dile, “Señor, si me vas a poner al frente de mi familia, dame la sabiduría y la inteligencia que necesito”. Si te pone en cualquier empleo, pídele esa sabiduría y esa inteligencia para que tú la lleves a buen término.
Vimos cómo Dios dio todas estas medidas, tanto para las cortinas, las tablas, las bases, los velos, el interior, el plano del Tabernáculo, con todo lo va mostrando y todos estos son mobiliarios que se van a utilizar para el culto. Hay de bronce, hay de telas, hay de cueros, en fin, es aquí donde vamos a encontrar el lugar santísimo, donde se va a encontrar el cofre o el Arca del Pacto. Y por eso hay una tapa y esto se llama el propiciatorio. Hay muchos compartimientos en esta tienda. Hay tres entradas al Tabernáculo, hay bases, hay linos, hay de todo.
Pero, ¿qué es lo más importante? Que hoy descubramos que, más que tener una Tienda del Encuentro, hoy tú te puedes encontrar con Cristo en tu corazón, hoy tú puedes ser ese nuevo templo al cual tienes que embellecer, al cual tienes que fortalecer. Eres tú, es el lugar donde Cristo quiere brillar para que tú también seas luz del mundo con la presencia de Cristo en tu vida.
Hoy pidámosle al Señor que tal vez no lo busquemos tan lejos, sino lo busquemos más dentro de nosotros. Que podamos tener en nuestra vida esa presencia de Cristo, el que ha venido a tocar nuestras vidas, a renovarlas y a fortalecerlas y que no dejemos que nada ni nadie nos distraiga, porque hoy en el Salmo nos damos cuenta de eso, que nos podemos distraer y caer en dioses extranjeros, empezar a adorar cosas que no son Dios y hoy Él nos ha dicho: “Yo Yahvé soy tu Dios, el que te saqué de la esclavitud. Abre tu boca y yo la llenaré”.
Hay que poner nuestra confianza en el Señor, no hay que confiar en las cosas de este mundo, hay que confiar en Él que nos da la sabiduría y la inteligencia para sacar todo adelante. Pero tenemos que decirle, “Señor, estoy listo, te quiero escuchar, te quiero obedecer”. Y no cerremos nuestro corazón a esa palabra de Dios que nos habla en nuestra conciencia y que nos ayuda a caminar según su voluntad y no según nuestros propios caprichos.
ORACIÓN FINAL
Así que, como siempre, antes de terminar, quiero pedirles que, por favor, oren por mí, para que yo sea fiel a este ministerio que se me ha confiado, para que el Señor me cuide mi gargantica que estos días me ha estado dando algo de problema, para que yo pueda vivir con fe lo que leo y lo que comparto con ustedes, para poder enseñar la verdad y para poder cumplir todo lo que he enseñado y que la bendición de Dios todopoderoso, que es Padre, Hijo y Espíritu Santo descienda sobre ustedes y nos acompañe siempre. Que Dios los bendiga.
PARA MEDITAR
Fray Sergio nos recomienda que le pidamos al Señor que nos permita encontrarlo dentro de nosotros y que podamos tener en nuestra vida esa presencia de Cristo, el que ha venido a tocar nuestras vidas, a renovarlas y a fortalecerlas y que no dejemos que nada ni nadie nos distraiga.
Visitemos al Señor un momentito en el Santísimo y pidámosle que nos permita experimentar Su presencia junto a nosotros y que nos dé la gracia de poder entregarnos a Él sin medida.
CATECISMO DE LA IGLESIA CATÓLICA
Ex 35, 1-3
345 El Sabbat, culminación de la obra de los "seis días". El texto sagrado dice que "Dios concluyó en el séptimo día la obra que había hecho" y que así "el cielo y la tierra fueron acabados"; Dios, en el séptimo día, "descansó", santificó y bendijo este día (Gn 2, 1-3). Estas palabras inspiradas son ricas en enseñanzas salvíficas:
346 En la creación Dios puso un fundamento y unas leyes que permanecen estables (cf. Hb 4, 3-4), en los cuales el creyente podrá apoyarse con confianza, y que son para él el signo y garantía de la fidelidad inquebrantable de la Alianza de Dios (cf. Jr 31, 35-37, 33, 19-26). Por su parte, el hombre deberá permanecer fiel a este fundamento y respetar las leyes que el Creador ha inscrito en la creación.
347 La creación está hecha con miras al Sabbat y, por tanto, al culto y a la adoración de Dios. El culto está inscrito en el orden de la creación (cf. Gn 1, 14). Operi Dei nihil praeponatur ("Nada se anteponga a la dedicación a Dios"), dice la regla de san Benito, indicando así el recto orden de las preocupaciones humanas.
348 El Sabbat pertenece al corazón de la ley de Israel. Guardar los mandamientos es corresponder a la sabiduría y a la voluntad de Dios, expresadas en su obra de creación.
349 El octavo día. Pero para nosotros ha surgido un nuevo día: el día de la Resurrección de Cristo. El séptimo día acaba la primera creación. Y el octavo día comienza la nueva creación. Así, la obra de la creación culmina en una obra todavía más grande: la Redención. La primera creación encuentra su sentido y su cumbre en la nueva creación en Cristo, cuyo esplendor sobrepasa el de la primera (cf. Misal Romano, Vigilia Pascual, oración después de la primera lectura).
Ex 36, 8-38
662 "Cuando yo sea levantado de la tierra, atraeré a todos hacia mí" (Jn 12, 32). La elevación en la Cruz significa y anuncia la elevación en la Ascensión al cielo. Es su comienzo. Jesucristo, el único Sacerdote de la Alianza nueva y eterna, "no [...] penetró en un Santuario hecho por mano de hombre [...], sino en el mismo cielo, para presentarse ahora ante el acatamiento de Dios en favor nuestro" (Hb 9, 24). En el cielo, Cristo ejerce permanentemente su sacerdocio. "De ahí que pueda salvar perfectamente a los que por él se llegan a Dios, ya que está siempre vivo para interceder en su favor" (Hb 7, 25). Como "Sumo Sacerdote de los bienes futuros" (Hb 9, 11), es el centro y el oficiante principal de la liturgia que honra al Padre en los cielos (cf. Ap 4, 6-11).
1090 "En la liturgia terrena pregustamos y participamos en aquella liturgia celestial que se celebra en la ciudad santa, Jerusalén, hacia la cual nos dirigimos como peregrinos, donde Cristo está sentado a la derecha del Padre, como ministro del santuario y del tabernáculo verdadero; cantamos un himno de gloria al Señor con todo el ejército celestial; venerando la memoria de los santos, esperamos participar con ellos y acompañarlos; aguardamos al Salvador, nuestro Señor Jesucristo, hasta que se manifieste Él, nuestra vida, y nosotros nos manifestemos con Él en la gloria" (SC 8; cf. LG 50).
1183 El tabernáculo debe estar situado "en las iglesias en el lugar más digno y con el máximo honor" (Pablo VI, Carta enc. Mysterium fidei). La nobleza, la disposición y la seguridad del tabernáculo eucarístico (SC 128) deben favorecer la adoración del Señor realmente presente en el Santísimo Sacramento del altar.
Lv 24, 14-16
2148 La blasfemia se opone directamente al segundo mandamiento. Consiste en proferir contra Dios —interior o exteriormente— palabras de odio, de reproche, de desafío; en injuriar a Dios, faltarle al respeto en las expresiones, en abusar del nombre de Dios. Santiago reprueba a “los que blasfeman el hermoso Nombre (de Jesús) que ha sido invocado sobre ellos” (St 2, 7). La prohibición de la blasfemia se extiende a las palabras contra la Iglesia de Cristo, los santos y las cosas sagradas. Es también blasfemo recurrir al nombre de Dios para justificar prácticas criminales, reducir pueblos a servidumbre, torturar o dar muerte. El abuso del nombre de Dios para cometer un crimen provoca el rechazo de la religión.
La blasfemia es contraria al respeto debido a Dios y a su santo nombre. Es de suyo un pecado grave (cf CIC can. 1396).
(Todas las citas están tomadas del Catecismo de la Iglesia Católica disponible en línea en el sitio web del Vaticano. https://www.vatican.va/archive/catechism_sp/index_sp.html)
COMENTARIOS ADICIONALES
Audiencia General del Santo Padre Francisco. Miércoles, 24 de abril de 2019.
[La ley del talión y la ley del amor]
"Jesús inserta el poder del perdón en las relaciones humanas. En la vida, no todo se resuelve con la justicia. No. Especialmente donde debemos poner una barrera al mal, alguien debe amar más de lo necesario, para comenzar una historia de gracia nuevamente. El mal conoce sus venganzas, y si no se interrumpe, corre el riesgo de propagarse y sofocar al mundo entero.
La ley del talión: lo que me hiciste, te lo devuelvo, Jesús la sustituye con la ley de amor: lo que Dios me ha hecho, ¡te lo devuelvo! Pensemos hoy, en esta hermosa semana de Pascua, si puedo perdonar. Y si no me siento capaz, tengo que pedirle al Señor que me dé la gracia de perdonar, porque saber perdonar es una gracia.
Dios le da a cada cristiano la gracia de escribir una historia de bien en la vida de sus hermanos, especialmente de aquellos que han hecho algo desagradable e incorrecto. Con una palabra, un abrazo, una sonrisa, podemos transmitir a los demás lo más precioso que hemos recibido ¿Qué es lo más precioso que hemos recibido? El perdón, que debemos ser capaces de dar a los demás."
(Tomado del sitio web del Vaticano. Accesado el día 17 de febrero de 2022. https://www.vatican.va/content/francesco/es/audiences/2019/documents/papa-francesco_20190424_udienza-generale.html)