Día 11: El sacrificio de Isaac

Evento clave 10: La unión de Isaac (Génesis 22)

Dios le pide a Abraham la prueba suprema de la fe: sacrificar a su amado hijo Isaac. Sin embargo, en el último momento Dios impide que Abraham lo lleve a cabo. Esta ofrenda cercana de Isaac prefigura el propio acto de amor de Dios al entregar a su único Hijo por la salvación del mundo. En respuesta a la fe obediente de Abraham, Dios hace un juramento de bendecir al mundo entero, un juramento que cumplirá mediante la Pasión y Resurrección de Cristo.

INTRODUCCIÓN

El texto del Génesis nos narra la historia del sacrificio de Isaac. Es un texto bastante fuerte. Luego de que Dios le hace a Abrahán la promesa de que sería padre de multitudes a través de Isaac, ahora le pide a este mismo hijo en sacrificio. Vemos un contraste entre el Abrahán de los capítulos anteriores –que mintió por temor– y el Abrahán que con fe no duda de que de alguna manera "Dios proveerá el cordero para el holocausto" (Gn 22, 8). Esta imágen del padre sacrificando a su hijo, es una prefiguración de Dios Padre ofreciéndonos el Cordero Pascual en la persona de Su propio Hijo Unigénito Jesucristo, como propiciación por los pecados de la humanidad. Luego tenemos el texto de Job, en el cual sus amigos continúan echándole en cara a Job que debe tener algún pecado, porque de lo contrario Dios no permitiría que sufriera tantas calamidades. Job continúa su lamento y básicamente le responde a su amigo Sofar de Naamat que es fácil hacer leña del árbol caído en lugar de indagar con perspicacia y sabiduría las razones de Dios. Finalmente, los versículos de los Proverbios nos recordarán pedir sabiduría a Dios, pues ella nos hará tener discernimiento para evitar las malas compañías y el mal camino.

-Vee Salazar


ORACIÓN

"Padre de amor y misericordia tú qué haces elocuente la lengua de los niños, educa también la mía. Infunde de mis labios la gracia de Tu bendición. En el nombre del Padre, Hijo y Espíritu Santo, Amén. Y a ti que estás escuchando este podcast te invito para que pidas que el Espíritu Santo abra hoy en tu mente y tu corazón; para que así podamos gozar de la palabra de Dios que entra hoy a nuestras vidas." (Fray Sergio)


PUNTOS CLAVES

  • Tenemos este hermoso pasaje que es muy duro. Dios da una orden a Abrahán y hay mucha expectativa. Vemos por qué hoy Abrahán es conocido como el padre en la fe. Abrahán no ha negado nada a Dios y Dios ha sometido a Abrahán a esa prueba de fe. Le ha pedido que sacrifique a su hijo amado Isaac. Parece algo contradictorio, lo que Dios ha dado, ahora Dios lo pide.

  • Lo más interesante es ver cómo Dios impide que Abrahán lleve esto a cabo y nos muestra como Abrahán quiere hacerle a Dios esa ofrenda de un amor, de un amor puro. Así es como vamos a ver más adelante como Dios [Padre] nos ofrece ese mismo amor puro en la persona de su Jesucristo, a quien lo envía para bendecir al mundo.

  • Así como hoy Dios da una bendición después de que Abrahán ha accedido a sacrificar su hijo, el cual es detenido por el ángel, después Dios nos envía a su Único Hijo para bendecir también a todo el mundo. Esto lo vamos a ver cómo se cumple a través de la pasión y resurrección de nuestro señor Jesucristo que estaremos celebrando muy próximamente en Semana Santa.

  • Ahora concentrémonos en el sacrificio de Isaac. Estos momentos van a ser decisivos para que nosotros podamos entender todo el proceso de la historia nuestra salvación. De un Dios que prueba a Abrahán y de un hombre que acepta la prueba de Dios. Que no lo mira como un castigo, todo lo contrario, lo ve como una oportunidad de crecer, de ir conociendo un poco más a Dios y de conocerse a sí mismo. Es por eso que cuando Dios le habla, la respuesta a Abrahán es: “aquí estoy, heme aquí, estoy disponible.”


  • Dios le dice bueno toma ahora a tu hijo único al que amas y entregamelo a mí. ¿Que estás tú ofreciéndole hoy a Dios? ¿Te estás levantando de mañana como lo hizo Abrahán? Él se levantó, aparejó su animalito, tomó con él a sus mozos, tomó la leña y arrancó y se fue ofreciéndole a Dios lo que él más amaba. Tú, si estás pasando por un momento de prueba, ¿qué le estás ofreciendo a Dios? ¿Le estás diciendo “Señor, te entrego mi vida, te entrego mi familia, te entrego mi trabajo. ¡Heme aquí! Estoy listo. Lo pondré todo en tus manos". ¿Eres capaz de levantarte y arrancar?

  • Este hombre duró 3 días en espera y después levantó sus ojos y ve el monte donde tiene que hacer el sacrificio; amarra a su hijo, lo ata, lo pone encima del lugar y cuando va a tomar la decisión final, el ángel lo para y lo llama y le dice: “Abrahán, Abrahán” y él respondió: “heme aquí, otra vez, aquí estoy.” En los momentos difíciles tú le dices al Señor: “Señor aquí estoy, siento que no me has abandonado, siento tu mano protectora”. Cuando quieres tomar esas grandes decisiones en tu vida, cuándo quieres sacrificarlo todo para empezar un hogar, para empezar trabajo nuevo, para cambiarte de país, le dices al Señor: “Señor, aquí estoy, te lo entrego todo, te lo ofrezco todo.” Pues hoy es ese día, para que descubramos cómo Abrahán viene a nutrirnos, cómo viene a llenarnos de ese amor.


  • Lo veíamos también en Job y en los Proverbios, cómo hay que pedir siempre esta sabiduría, como hay que pedir esa asistencia Divina. Hemos llegado a un punto muy importante para nuestra lectura de la biblia, el sacrificio de Abrahán, que ofrece a su hijo. ¿Qué vas a ofrecer hoy? Lo he dicho varias veces y lo repito, porque hoy es el día de sacrificarte, de ofrecerte y de poner tu confianza en Dios. Así tú hayas fallado, Dios sigue creyendo en ti. Él sabe que tu fe está ahí. Tal vez la ha puesto un poquito a prueba. Así que no te desanimes, entrégalo todo y confía, no tengas miedo. Dios no te abandonará. El no permitirá que tomes malas acciones, si todos lo pones en sus manos.


RECAPITULANDO

  • El acto de fe de Abrahán, de no negarle ni siquiera a su propio hijo a Dios, nos muestra por qué él es nuestro padre en la fe.

  • El ofrecimiento de Isaac por parte de su padre, Abrahán, es prefiguración del Padre ofreciendo a su Hijo Único, Jesuscristo, para la salvación del mundo.

  • Si estás pasando por un momento de prueba, ¿qué le estás ofreciendo a Dios? Dile "¡Héme aquí, te lo entrego todo!"


ORACIÓN FINAL

"Antes de despedirme quiero que hoy tú ores por mí. Para que yo siga siendo fiel a este ministerio que se me ha confiado. Para que pueda vivir con fe lo que estamos compartiendo en este momento. Para que pueda enseñar la verdad y también para que yo pueda cumplir lo que he enseñado. Y que la bendición de Dios todopoderoso que es Padre, Hijo y Espíritu Santo descienda sobre ustedes y los acompañe siempre.

Y por favor no se olviden de invitar a sus amigos y sus familiares a que se suscriban porque hoy tú también puedes alabar, bendecir y predicar con la palabra de Dios." (Fray Sergio)


CATECISMO DE LA IGLESIA CATÓLICA

Gn 22, 1-18

1819 La esperanza cristiana recoge y perfecciona la esperanza del pueblo elegido que tiene su origen y su modelo en la esperanza de Abraham en las promesas de Dios; esperanza colmada en Isaac y purificada por la prueba del sacrificio (cf. Gn 17, 4-8; 22, 1-18). “Esperando contra toda esperanza, creyó y fue hecho padre de muchas naciones” (Rm 4, 18).


Gn 22, 8

2572 Como última purificación de su fe, se le pide al “que había recibido las promesas” (Hb 11, 17) que sacrifique al hijo que Dios le ha dado. Su fe no vacila: “Dios proveerá el cordero para el holocausto” (Gn 22, 8), “pensaba que poderoso era Dios aun para resucitar a los muertos” (Hb 11, 19). Así, el padre de los creyentes se hace semejante al Padre que no perdonará a su propio Hijo, sino que lo entregará por todos nosotros (cf. Rm 8, 32). La oración restablece al hombre en la semejanza con Dios y le hace participar en la potencia del amor de Dios que salva a la multitud (cf. Rm 4, 16-21).


Gn 22, 11

332 Desde la creación (cf. Jb 38, 7, donde los ángeles son llamados "hijos de Dios") y a lo largo de toda la historia de la salvación, los encontramos, anunciando de lejos o de cerca, esa salvación y sirviendo al designio divino de su realización: cierran el paraíso terrenal (cf. Gn 3, 24), protegen a Lot (cf. Gn 19), salvan a Agar y a su hijo (cf. Gn 21, 17), detienen la mano de Abraham (cf. Gn 22, 11), la ley es comunicada por su ministerio (cf. Hch 7,53), conducen el pueblo de Dios (cf. Ex 23, 20-23), anuncian nacimientos (cf. Jc 13) y vocaciones (cf. Jc 6, 11-24; Is 6, 6), asisten a los profetas (cf. 1 R 19, 5), por no citar más que algunos ejemplos. Finalmente, el ángel Gabriel anuncia el nacimiento del Precursor y el del mismo Jesús (cf. Lc 1, 11.26).


Gn 22, 17-19

706 Contra toda esperanza humana, Dios promete a Abraham una descendencia, como fruto de la fe y del poder del Espíritu Santo (cf. Gn 18, 1-15; Lc 1, 26-38. 54-55; Jn 1, 12-13; Rm 4, 16-21). En ella serán bendecidas todas las naciones de la tierra (cf. Gn 12, 3). Esta descendencia será Cristo (cf. Ga 3, 16) en quien la efusión del Espíritu Santo formará "la unidad de los hijos de Dios dispersos" (cf. Jn 11, 52). Comprometiéndose con juramento (cf. Lc 1, 73), Dios se obliga ya al don de su Hijo Amado (cf. Gn 22, 17-19; Rm 8, 32; Jn 3, 16) y al don del "Espíritu Santo de la Promesa, que es prenda ... para redención del Pueblo de su posesión" (Ef 1, 13-14; cf. Ga 3, 14).


Gn 23, 4

145 La carta a los Hebreos, en el gran elogio de la fe de los antepasados, insiste particularmente en la fe de Abraham: «Por la fe, Abraham obedeció y salió para el lugar que había de recibir en herencia, y salió sin saber a dónde iba» (Hb 11,8; cf. Gn 12,1-4). Por la fe, vivió como extranjero y peregrino en la Tierra prometida (cf. Gn 23,4). Por la fe, a Sara se le otorgó el concebir al hijo de la promesa. Por la fe, finalmente, Abraham ofreció a su hijo único en sacrificio (cf. Hb 11,17).


Job 12, 10

2318 “Dios [...] tiene en su mano el alma de todo ser viviente y el soplo de toda carne de hombre” (Jb 12, 10).