Día 67: Carga de las faltas del sacerdocio de Aarón

INTRODUCCIÓN

Seguimos con estos libros de Números, Deuteronomio y los Salmos. Llegamos al capítulo 18 de Números, pero quisiera recordar que ayer leíamos cómo la vara de Aarón florece, cómo Dios es tan maravilloso y confirma el sacerdocio y establece el hecho de que Aarón sea el sumo sacerdote y lo demuestra mediante la vida que le da a esa vara. Dios hace que brote vida de una naturaleza que está muerta ¡Qué lindo mensaje para nosotros! Que aunque pensemos que las cosas ya no tienen futuro, Dios las puede hacer florecer, que hay vida, que hay cosas hermosas. Así que los hijos de Israel aunque están murmurando contra Aarón y dicen que él no era el único que los podía representar ante Dios. Dios dice: "Él es el que los va a representar, así que paren esta rebelión porque yo confirmo a Aarón que es mi sacerdote" y lo hizo de manera extraordinaria. Por eso tomaron estas doce varas del desierto y cada una estaba muerta. Pusieron un palo muerto, cada uno con su nombre. Pero era la de Aarón la que iba a dar el signo para que entendieran que era el escogido por el Señor.

¡Qué lindo cómo vamos viendo a un Dios que es maravilloso y que no nos deja solos! Que nos acompaña, que nos va mostrando que Él cumple sus promesas, que su sacerdocio se ha instaurado y que nosotros debemos seguir estas normas que Él nos da a través de las personas encargadas que Él escoge.

Hoy, en este capítulo, seguiremos con esa confirmación del sacerdocio. Estaremos también mirando que, aunque haya gente rebelde y haya juicios severos por esas rebeliones, Dios sigue siendo fiel. Dios no quiere que hayan murmuraciones porque Él cree que es mejor llevar las cosas en paz, pues podemos ser demasiado duros los unos con los otros. Después de todo somos hombres que necesitamos de la ayuda de Dios. Así que miremos lo que va a suceder hoy con las plagas en el pueblo.

Estas murmuraciones, ya hemos visto, no han sido nada agradables. Hoy los Levitas y Aarón serán confirmados en su trabajo y Aarón no tendrá porción alguna en la tierra prometida porque porque su porción es el Señor. No tendrá granjas, ni viñedos, no tendrá nada que atender pues él tiene que atender al Señor, servirle y, de esa manera, servir al pueblo. El Señor será el que los sostenga a diario, será el que le dé la luz, el que le dé la vida, el que le dé el pan diario. Porque el Señor siempre es nuestra mejor porción y yo —como sacerdote— doy testimonio de eso. El Señor siempre provee, nunca nos abandona.

Hoy estaremos leyendo Números, capítulo 18; Deuteronomio, capítulos 19 y 20; y el Salmo 99. Este es el día 67 ¡Empecemos!


ORACIÓN INICIAL

Padre de amor y misericordia, Tú que haces elocuente la lengua de los niños, educa también la mía e infunde en mis labios la gracia de Tu bendición, Padre, Hijo y Espíritu Santo.


Y a ti, como siempre, te pido que por favor clames que el Espíritu Santo venga y abra nuestra mente y nuestro corazón para que de esta manera nos podamos tú y yo —y todos los que nos escuchan— gozar de esta palabra de Dios hoy para nuestras vidas.


PUNTOS CLAVES

  • Tenemos cosas importantes, tenemos cosas bellas en este día de hoy. Llegamos al capítulo 18 de Números y, no sé si captaban toda esta belleza que encierra el texto bíblico. Yo no sé, a mí es que leer la biblia me fascina y encuentro que cada uno de estos temas como que me va tocando de manera personal y voy diciendo "Qué interesante que Dios sea tan detallista, que Dios se apiade de nosotros". Qué lindo que nos va mostrando con claridad cada una de las cosas que debemos seguir y Dios no deja dudas. Si teníamos dudas, pues aquí se nos van aclarando todas nuestras dudas.

  • Vamos a ver cómo el sacerdote es el que va a servir para expiar los pecados. Cómo deben desempeñar este ministerio en el santuario, en el altar y, de esa manera, van a mantener a Dios siempre complacido. Es un sacerdocio que es para servir al Señor y es un sacerdocio que se hace de manera gratuita. Es decir, se entrega ampliamente a servir al Señor sin estar esperando nada a cambio y el Señor lo va proveyendo, le va dando todo lo que necesita. Por eso veíamos los derechos de los levitas. Mirábamos lo de los diezmos, cómo había que reservar de la parte del diezmo que se le daba a Yahvé para que también los levitas, los sacerdotes comieran; para que pudieran hacer sus servicios de la mejor manera.

  • Qué lindo que hoy vemos a un Dios que está atento de todas las personas, de todos los detalles, que no deja nada "fuera del radar" —diríamos nosotros, o lo digo yo. Así que, con el número 19 y 20 del Deuteronomio, con estos dos capítulos, también entramos a ver que el Señor quiere hacer justicia. Que el homicida que no tenía odio en su corazón no puede ser castigado con la misma fuerza que aquel que lo hace en sevicia [crueldad excesiva, trato cruel], que lo hace con odio.

  • También nos muestra que para ser testigos de un juicio no solo una persona puede acusar. Tienen que haber dos testigos. Y cuando hay un testigo falso, a esa persona se le da el castigo que buscaba para el que ha sido falsamente acusado.

  • Empezamos a descubrir qué es la la Ley del Talión en este capítulo 19 donde se habla de que vida por vida, ojo por ojo, diente por diente, mano por mano, pie por pie. Después Jesús va a decir "Ya no es la Ley del Talión. Mejor hagan el bien a quien les haga el mal". Nos pone en un aprieto Jesús. Ya no busca que nosotros hagamos justicia con nuestras manos. Quiere que la justicia la haga Dios, quiere que nosotros entreguemos todas nuestras causas, todas nuestras iras, todas nuestras venganzas al Señor y que el Señor —que es un Dios justo— haga lo que es más conveniente.

  • También nos mostraba el Señor que cuando hay una confrontación, hay que ponerla en sus manos, que no debemos permitir que nuestro corazón desmaye, que tenga miedo, que nos volvemos delante los enemigos porque debemos confiar en que Dios está siempre marchando con nosotros, que Dios siempre pelea a favor de su pueblo y viene a salvarlo de sus enemigos.

  • Qué bonito fuera que nosotros aprendiéramos que aunque el mundo venga en nuestra contra —porque luchamos por los valores morales por la justicia por los pagos justos por las normas migratorias que cobijen a todos— que no tengamos miedo porque el Señor clama por su pueblo, siempre protege al residente y al forastero y nos invita a que nos tratemos con igualdad, con humildad, que nos ayudemos mutuamente. Así que hoy mi oración por todas las personas que a veces sienten en su corazón desfallecer.


ORACIÓN FINAL

Y a ustedes, antes de despedirme, quiero volverles a pedir que por favor oren por mí para que sea fiel al ministerio que se me ha confiado, para que pueda vivir con fe lo que leo, lo que comparto, para que pueda enseñar la verdad y para que pueda cumplir lo que he enseñado. Y que la bendición de Dios Todopoderoso que es Padre, Hijo y Espíritu Santo descienda sobre todos ustedes y los acompañe siempre ¡Que Dios los Bendiga!


PARA MEDITAR


COMENTARIOS ADICIONALES

Dt 19, 1-21 — Derechos Sociales


“Una vez señaladas las normas dirigidas a asegurar la vida religiosa y la organización teocrática de Israel, comienza a partir de este capítulo —y hasta el final del segundo discurso (26,19)— un conjunto de leyes y ordenanzas variadas, dirigidas a defender derechos del individuo, de la familia y de la sociedad.

En este capítulo se legisla sobre las ciudades de refugio —de las que se habla ampliamente en Nm 35,9-34 (cfr la nota correspondiente; ver también Ex 21,12-14 y Dt 4,41-43)— y sobre los límites de las propiedades y la validez de los testigos. A propósito de este tema, el v. 15 será recordado en el Nuevo Testamento (cfr, p.ej., Jn 8,17-18; 1 Tm 5,19). En el trasfondo de esta legislación está no sólo la concepción del valor sagrado de la vida, sino también de la tierra. La sangre inocente derramada clama al cielo, pero también el cambio fraudulento de los mojones y lindes es un atentado contra la distribución de la tierra, hecha por el mismo Dios.


“La ley del talión (v. 21) —expuesta también en varios lugares del Pentateuco (cfr Ex 21,23-25; Lv 24,17-23)— aparece en otras legislaciones orientales antiguas; así, el Código de Hammurabi (hacia el 1.700 a.C.) la conoce, aunque no la formula estrictamente, y se basa en ella para tipificar una casuística dura (cfr, p.ej., arts. 196,197, 200). Aunque resulte extraño para nuestra mentalidad, la ley del talión suponía un gran avance jurídico y moral. Estaba destinada a atemperar el afán de venganza —que afligía a las antiguas tribus del desierto, con matanzas interminables (cfr, p.ej., Gn 4,23)—, estable“ciendo cuál debía ser la medida del castigo: en este pasaje del Deuteronomio, en concreto, se refiere a las sentencias judiciales. En el Nuevo Testamento, el Señor establecerá otras medidas en las relaciones entre los hombres, al enseñar la importancia del perdón y la caridad que deben impregnar siempre la justicia (cfr Mt 5,38-42). La ley del perdón promulgada por Cristo es un reflejo de la actitud de Dios hacia el hombre, que éste debe extender a sus semejantes; constituye parte fundamental de la oración del Padrenuestro.”


Dt 20, 1-20 — Normativa Jurídica y Moral


“Este grupo de leyes relativas a la guerra son propias del Deuteronomio, reflejo de los sentimientos humanitarios que empapan el libro. Aun cuando algunas de sus indicaciones —vv. 10-18— puedan parecernos duras y brutales, ha de tenerse en cuenta el indudable avance que suponen, atendiendo a las costumbres de guerra de aquella época y a las crueles prácticas de algunos pueblos vecinos, recriminadas por los profetas (cfr, p.ej., Am 1,13; 2 R 8,12).


El diferente trato para los cananeos y otros pueblos que habitaban el país, en relación con las demás naciones, se debe al peligro que suponían para la fidelidad de los israelitas a Yahwéh (cfr nota a 2,24-37).

Sobre el matrimonio israelita (v. 7) y sus dos fases (los esponsales y la conducción de la mujer a la casa del esposo), cfr nota a Mt 1,18.”


(Comentarios tomado de la Sagrada Biblia Universidad de Navarra, Edición Latinoamericana, versión electrónica).