Período 1: El mundo de los orígenes

El Mundo de los Orígenes (con P. Dempsey Rosales)

INTRODUCCIÓN

Comenzamos la historia de la salvación con la narrativa de la creación del mundo y del hombre. Esta primera etapa en la Cronología de la Biblia abarca los capítulos 1 – 11 del Génesis. En la Great Adventure Bible podemos ver la primera sección de la cronología en la pág. 2 y la introducción a este período en las págs. 3 – 7.

Durante la conversación entre Fray Sergio y P. Dempsey, aprendimos:

  • Que la gran innovación de la Great Adventure Bible es que está dividida en 12 períodos que de manera cronológica organiza los 14 libros principales que sirven como columna vertebral a la narración de la historia de la salvación.

  • Estos 12 episodios que nos introducen en la dinámica de la historia de la salvación a través de la Palabra de Dios son:

  1. El mundo de los orígenes – identificado con el color turquesa (simboliza la tierra vista desde el espacio), que es la primera etapa que estaremos estudiando.

  2. La historia de los Patriarcas.

  3. Egipto y Éxodo.

  4. La peregrinación por el desierto.

  5. La conquista y los Jueces.

  6. La monarquía unida.

  7. El reino dividido.

  8. El exilio.

  9. El retorno, es decir, el retorno a la Tierra Santa para reconstruir a Jerusalén.

  10. La revuelta macabea (la cual es la transición al período del nacimiento de Jesús).

  11. El cumplimiento mesiánico.

  12. El nacimiento de la iglesia, la iglesia primitiva.


PUNTOS CLAVES

  • Cuando se habla de la historia de la salvación basado en las alianzas e intervenciones de Dios, el punto original es siempre la creación. Sin embargo, nos encontramos con el problema de dos relatos de la creación.

  • La existencia de dos relatos del mismo acontecimiento puede crear confusión en algunos. Pero ambas son verdad, narradas de manera distinta, según distintas tradiciones orales. Esto no significa que una sea verdad y la otra no, o que una sea más importante que la otra. El libro de Génesis no es un libro de ciencias, sino un libro que usa un lenguaje religioso para explicar verdades de fe.

  • Debemos tener en cuenta que el autor sagrado no estuvo allí presente para saber si los eventos sucedieron exactamente así. El autor sagrado recibió estas historias a través de la tradición oral. Como son historias sagradas, el autor las ordena en forma de un libro y esta forma escrita condensa y preserva esta historia de fe que habla de verdades de fe.

  • En el primer relato de la creación en Gn 1, la narrativa es presentada de manera matemática, precisa, más esquemática. Se enfatiza la idea del mundo como un templo universal, donde Dios es un arquitecto sacerdotal. Él observa, crea, inspecciona y luego declara que todo es bueno. Fray Sergio hace referencia a la encíclica del Papa Francisco, Fratelli Tutti, en la cual el Papa nos está mostrando la belleza del mundo. Dios es ése “Arquitecto” que todo lo hace bueno y el séptimo día respeta el día descanso.

  • Nota interesante: la misma raíz de la palabra para el número “7” en hebreo (“shevát”), es la misma que identifica el séptimo día, el sábado (“Shabbat”) y descansar (“shavát”).

  • El segundo relato de la creación es más romántico. Habla de la historia de la salvación, pero narrada desde otro punto de vista, quizás proveniente de una zona de Israel más antigua. Aquí Dios se presenta como un artista.

  • En hebreo, el verbo que se usa para describir a Dios creando a Adán es “yatsar” que significa “modelar” con algo suave, como la arcilla. Este es el mismo verbo que se utiliza cuando se describe a un alfarero (ref. Jer 18). Dios es el Alfarero, el Artista, que hace al hombre Adán del barro (en hebreo “adama”) y luego le da vida.

  • Dios es sensible a lo que siente el hombre, está pendiente de él. Notando que está solo, Dios le hace dormir y allí es cuando crea a la mujer.

  • Es interesante notar, que en la Biblia no se utiliza el verbo “yatsar” para describir a la creación de la mujer, sino el verbo “banah”, que significa “construir” con cosas duras. Por eso, como Dios toma de la costilla de Adán para formar a Eva, no puede “modelar” sino que tiene que “construir” como si estuviese usando ladrillo y cemento. En 1 Reyes, el verbo que se utiliza para describir la construcción del Templo también es “banah”.

  • P. Dempsey mostró como San Pablo hace la conexión entre el pecado de Adán (la caída) en Gn 3 para referirse al nuevo Adán (Cristo) en la Carta a los Romanos (ref. Rom 5:12ss). Por el primero (Adán) entró la consecuencia del pecado, la muerte, lo que los católicos conocemos como el pecado original. Pero con el nuevo Adán (Cristo), se hace una nueva elevación de la historia de la salvación según el plan original de Dios, pues Él no quería que nosotros muriéramos. Como puntualizó Fray Sergio durante el podcast, está la serpiente que nos miente. El ser humano fue creado como una obra de arte, acostumbrado a la verdad y la primera vez que escucha una mentira es cuando la serpiente le dice que no le crea a Dios y el hombre decide no creerle a Dios.

  • Luego a partir del Gn 3, el tema predominante es el pecado del hombre y la fidelidad de Dios, que nunca nos abandona a pesar de toda la corrupción humana. Dios es un Dios fiel, que quiere salvarnos, aunque nosotros caigamos. Pero, aunque Dios es fiel y amoroso, es también justo. Lo vemos en el castigo a Caín. Dios lo castiga luego de que mata a su hermano Abel, pero no lo hace de manera punitiva, sino como un castigo pedagógico que está conectado de alguna manera a su amor y fidelidad.

  • La descendencia de Caín se olvida de Dios, la humanidad se corrompe. La generación de Set comienza a buscar a Dios de nuevo, pero luego la humanidad continúa en una degeneración progresiva, bajo la mirada paciente de Dios. La maldad y corrupción del hombre llega a un punto en el cual Dios tiene que intervenir otra vez y lo hace a través del diluvio. Aquí nos encontramos con la narración de una nueva alianza con Noé.

  • La alianza con Noé es muy importante, aunque nosotros los católicos no hagamos mucho hincapié en esta. Pero para el pueblo hebreo, desde hace siglos, la alianza que hizo Dios con Noé después del diluvio es un pacto universal que aplica a todos los hombres.

  • En Gn 9 observamos estas leyes universales que todos deben seguir. Todo ser humano, aún sin conocer a Dios, debe seguir la alianza con Noé, porque es una alianza que implica una relación armoniosa con Yahvé, aún si no se le conoce. Cuando Yahvé hace la alianza con Noé de no volver a destruir la tierra, da al hombre ciertas regulaciones (por ejemplo, abstenerse de carne con sangre viva, o de no matar). A partir de aquí, los rabinos empiezan a desarrollar otras leyes que llaman “leyes universales”.

  • Desafortunadamente, la humanidad sigue corrompiéndose. En nuestro recorrido cronológico llegamos ahora a la famosa historia de la Torre de Babel. P. Dempsey contrastó el punto espiritual de la narración de la Torre de Babel con Pentecostés. En Babel la soberbia humana desafía la potencia de Dios y Dios castiga al hombre sembrando confusión y evitando que haya entendimiento entre ellos, confunde su lengua. Esta división de las lenguas crea un caos. En Pentecostés, por el contrario, aunque todos hablaban lenguas distintas, todos se entendían entre sí.

  • Otro punto importante para considerar es la manera en que la tradición antigua de la Iglesia Católica entiende el relato de la creación en el Génesis. Los Padres de la Iglesia que escribieron comentarios sobre los orígenes, enfatizan que cuando Dios actúa es el Dios de la Trinidad, no solamente una de las Divinas Personas. Los tres (Padre, Hijo y Espíritu Santo) tienen que estar actuando. Por ejemplo, aunque en el evento de Pentecostés vemos que es la persona del Espíritu Santo quien otorga el entendimiento de las diferentes lenguas, Él es también quien actúa en la Torre de Babel, pero para confundir la soberbia del hombre a través de la confusión de las lenguas distintas. Por tanto, aunque leamos en los relatos del Génesis que se habla de Yahvé, tenemos que pensar en las Tres Personas de la Trinidad y que el autor que escribió el Génesis no entendía a Dios como un Dios Trinitario. Nosotros, que hemos recibido la plenitud de la revelación en Cristo, podemos re-leer el Antiguo Testamento (AT) y entenderlo a la luz del Nuevo testamento (NT).


RECAPITULANDO

Para cerrar, el P. Dempsey indicó que, durante la lectura de este período, debemos tener en cuenta los siguientes puntos:

  • Cuando leamos el Génesis, pensemos en el Dios Trinitario presente en toda la narrativa, pues los tres están actuando. Dios es un artista, un arquitecto, pero al mismo tiempo es muy sensible a lo que el hombre piensa y siente.

  • Dios es fiel, a pesar de la corrupción y el pecado humano y Él siempre quiere entrar en una relación con el ser humano.

  • Dios sigue humillando al soberbio con una humillación educativa, no por venganza, sino porque quiere que seamos mejores. Por tanto, no veamos el castigo de Dios no como producto de un castigo por castigar, sino porque le duele. Es como un papá cuando castiga a sus niños, no porque es malo sino porque quiere que sean mejores.


ORACIÓN FINAL

“Pidamos el Espíritu Santo, que estuvo en el principio de la creación… Señor, Tú que has puesta esa Palabra creadora, vuelve Señor a pronunciar estas palabras a través de este podcast. Que tu palabra vuelva a construir un mundo nuevo, que volvamos a tener esa alianza contigo, Señor. Si nos hemos vuelto soberbios, que podamos descubrir que solo siendo humildes te podemos encontrar. Que podamos abrir nuestra mente y nuestro corazón a ese nuevo Adán que es Jesucristo, que ha venido a traer la salvación para los hombres. Que podamos abrir nuestra mente y nuestro corazón para que esa fuerza del Espíritu Santo que alguna vez ayudó en la creación vuelva a recrear toda la faz de la tierra y nos volvamos a unir a través de tu palabra. Y todo esto lo pedimos en el nombre de Jesucristo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. Amén.” (Fray Sergio Serrano, OP)



PÁRRAFOS RELEVANTES DEL CATECISMO

282 La catequesis sobre la Creación reviste una importancia capital. Se refiere a los fundamentos mismos de la vida humana y cristiana: explicita la respuesta de la fe cristiana a la pregunta básica que los hombres de todos los tiempos se han formulado: "¿De dónde venimos?" "¿A dónde vamos?" "¿Cuál es nuestro origen?" "¿Cuál es nuestro fin?" "¿De dónde viene y a dónde va todo lo que existe?" Las dos cuestiones, la del origen y la del fin, son inseparables. Son decisivas para el sentido y la orientación de nuestra vida y nuestro obrar.


283 La cuestión sobre los orígenes del mundo y del hombre es objeto de numerosas investigaciones científicas que han enriquecido magníficamente nuestros conocimientos sobre la edad y las dimensiones del cosmos, el devenir de las formas vivientes, la aparición del hombre. Estos descubrimientos nos invitan a admirar más la grandeza del Creador, a darle gracias por todas sus obras y por la inteligencia y la sabiduría que da a los sabios e investigadores. Con Salomón, éstos pueden decir: "Fue él quien me concedió el conocimiento verdadero de cuanto existe, quien me dio a conocer la estructura del mundo y las propiedades de los elementos [...] porque la que todo lo hizo, la Sabiduría, me lo enseñó" (Sb 7,17-21).


284 El gran interés que despiertan a estas investigaciones está fuertemente estimulado por una cuestión de otro orden, y que supera el dominio propio de las ciencias naturales. No se trata sólo de saber cuándo y cómo ha surgido materialmente el cosmos, ni cuando apareció el hombre, sino más bien de descubrir cuál es el sentido de tal origen: si está gobernado por el azar, un destino ciego, una necesidad anónima, o bien por un Ser transcendente, inteligente y bueno, llamado Dios. Y si el mundo procede de la sabiduría y de la bondad de Dios, ¿por qué existe el mal? ¿de dónde viene? ¿quién es responsable de él? ¿dónde está la posibilidad de liberarse del mal?


285 Desde sus comienzos, la fe cristiana se ha visto confrontada a respuestas distintas de las suyas sobre la cuestión de los orígenes. Así, en las religiones y culturas antiguas encontramos numerosos mitos referentes a los orígenes. Algunos filósofos han dicho que todo es Dios, que el mundo es Dios, o que el devenir del mundo es el devenir de Dios (panteísmo); otros han dicho que el mundo es una emanación necesaria de Dios, que brota de esta fuente y retorna a ella ; otros han afirmado incluso la existencia de dos principios eternos, el Bien y el Mal, la Luz y las Tinieblas, en lucha permanente (dualismo, maniqueísmo); según algunas de estas concepciones, el mundo (al menos el mundo material) sería malo, producto de una caída, y por tanto que se ha de rechazar y superar (gnosis); otros admiten que el mundo ha sido hecho por Dios, pero a la manera de un relojero que, una vez hecho, lo habría abandonado a él mismo (deísmo); otros, finalmente, no aceptan ningún origen transcendente del mundo, sino que ven en él el puro juego de una materia que ha existido siempre (materialismo). Todas estas tentativas dan testimonio de la permanencia y de la universalidad de la cuestión de los orígenes. Esta búsqueda es inherente al hombre.


286 La inteligencia humana puede ciertamente encontrar por sí misma una respuesta a la cuestión de los orígenes. En efecto, la existencia de Dios Creador puede ser conocida con certeza por sus obras gracias a la luz de la razón humana (cf. Concilio Vaticano I: DS, 3026), aunque este conocimiento es con frecuencia oscurecido y desfigurado por el error. Por eso la fe viene a confirmar y a esclarecer la razón para la justa inteligencia de esta verdad: "Por la fe, sabemos que el universo fue formado por la palabra de Dios, de manera que lo que se ve resultase de lo que no aparece" (Hb 11,3).


287 La verdad en la creación es tan importante para toda la vida humana que Dios, en su ternura, quiso revelar a su pueblo todo lo que es saludable conocer a este respecto. Más allá del conocimiento natural que todo hombre puede tener del Creador (cf. Hch 17,24-29; Rm 1,19-20), Dios reveló progresivamente a Israel el misterio de la creación. El que eligió a los patriarcas, el que hizo salir a Israel de Egipto y que, al escoger a Israel, lo creó y formó (cf. Is 43,1), se revela como aquel a quien pertenecen todos los pueblos de la tierra y la tierra entera, como el único Dios que "hizo el cielo y la tierra" (Sal 115,15;124,8;134,3).


288 Así, la revelación de la creación es inseparable de la revelación y de la realización de la Alianza del Dios único, con su pueblo. La creación es revelada como el primer paso hacia esta Alianza, como el primero y universal testimonio del amor todopoderoso de Dios (cf. Gn 15,5; Jr 33,19-26). Por eso, la verdad de la creación se expresa con un vigor creciente en el mensaje de los profetas (cf. Is 44,24), en la oración de los salmos (cf. Sal 104) y de la liturgia, en la reflexión de la sabiduría (cf. Pr 8,22-31) del pueblo elegido.


289 Entre todas las palabras de la sagrada Escritura sobre la creación, los tres primeros capítulos del Génesis ocupan un lugar único. Desde el punto de vista literario, estos textos pueden tener diversas fuentes. Los autores inspirados los han colocado al comienzo de la Escritura de suerte que expresan, en su lenguaje solemne, las verdades de la creación, de su origen y de su fin en Dios, de su orden y de su bondad, de la vocación del hombre, finalmente, del drama del pecado y de la esperanza de la salvación. Leídas a la luz de Cristo, en la unidad de la sagrada Escritura y en la Tradición viva de la Iglesia, estas palabras siguen siendo la fuente principal para la catequesis de los misterios del "comienzo": creación, caída, promesa de la salvación.